Por: Daniel Rojas Chia

Desde hace más de 50 años la Plaza de Mercado El Restrepo, ubicada en el suroriente de Bogotá, es famosa por sus casetas que, según quienes las han visto durante el tiempo, cuentan que se han multiplicado por siete.
En este terreno funcionaba una escuela distrital y un parque infantil, rodeados de casetas donde vendían aves y mercado de todo tipo. Luego se construyó una plaza en homenaje a un presidente de Colombia llamado Carlos Restrepo.
Luego de múltiples reestructuraciones, esa plaza cuenta con algo más de 800 puestos. Según Pedro Antonio Torres, dueño de uno de los locales, desde que la plaza abrió sus puertas el 4 de junio de 1964, aún conserva mucho de su fisonomía original.
Casi tan famosa como es su gastronomía, también lo es su tráfico de animales silvestres, que lamentablemente tiene antecedentes por más de 30 años, con la anuencia de las diferentes administraciones.
La Secretaría Distrital de Ambiente (SDA), la Sijín y la Policía Ambiental y Ecológica inspeccionaron el lugar en marzo del 2006 e incautaron caracoles, corales y anfibios en 23 locales. En diferentes operativos, llevados a cabo a lo largo de los años, se han incautado gaviotas, gansos, loros silvestres y tucanes.
Según el programa de reestructuración y acondicionamiento de la alcaldía local del Restrepo, hay ventas de animales vivos, una manera comercial de llamar a este zoológico donde conviven diversas especies en decenas de locales.
Su mayor mercado está en la venta de pájaros y pajarracos, aves de corral como gallinas saraviadas, gansos, patos, pavas, codornices, cacatúas, perdices, pericos, loros y bengalíes que no son de la India sino del Tolima.
También están a su suerte peces ornamentales, y entre los mamíferos hay cuyes, conejos, perros y gatos qué, según las denuncias expuestas continuamente por la comunidad, son maltratados.
Una de las últimas denuncias de este lugar la hizo Leonardo Tolentino por medio de una red social.

Las autoridades deben elevar los controles necesarios para contener este problema, para cuidar la fauna silvestre y fomentar el respeto por seres vivos que sienten y sufren.