Por Hans Vargas Pardo
hans.vargas@uniminuto.edu
La tarde lo recibió con una corriente fría, proveniente de las montañas que circundan a Ipiales, su tierra natal nariñense. Ese día no hubo carro de bomberos, ni multitudes esperándolo en las calles. Solo su familia y amigos estaban allí para darle la bienvenida al ganador del Tour de Qinghai Lake, en China. Robinson Chalapud engrandecía, en silencio, una vez más al mundo deportivo de Colombia al ganar la competencia ciclística considerada como una de las más importantes del mundo, junto a las vueltas a Francia, Italia y España.
6:00 a.m. La vida de un ciclista no tiene descanso y Chalapud es consciente de ello. Por eso cada día dedica por lo menos 6 horas a su entrenamiento. “Me gusta mucho tomar la carretera Panamericana hacia Ecuador, pues las vías son más amplias y el terreno es bastante exigente, sin desmeritar las nuestras que también son excelentes para ponerse en forma”. Este hombre de 35 años, integrante del Team Medellín, y quien se enamoró del ciclismo a los 14, tiene en su haber miles de kilómetros recorridos en carreteras de Centro y Norteamérica, Europa y ahora Asía.
Robinson Chalapud comenta que el ciclimos nariñense debe contar con más apoyo de parte de los gobiernos nacional y Local.
“La gente me pregunta por mi fecha de retiro y lo más curioso es que yo les respondo que llevo como 5 años diciendo que dejaré la bicicleta, pero ahí estoy, siendo protagonista en este deporte, el cual es mi vida y del mismo que no quisiera desligarme”, señala al tiempo que manifiesta su deseo por convertirse en técnico. “Creo que desde esa posición podría ayudar mucho a los jóvenes que quieren dedicarse a este deporte”.
Contar la historia de Chalapud es remontarse 20 años atrás, cuando su padre Luis Eduardo, también sorteaba sus días en un ´caballito de acero´, llevándolo incluso a ser subcampeón del Campeonato Nacional de Ruta. “Yo me inclinaba más por el bicicross, pero unos años luego de la muerte de mi padre, el ciclismo de ruta empezó a gustarme. A los 16 competí en la Vuelta al Futuro, celebrada en Yarumal, Antioquia. Fue allí cuando afirmé. ´Sí. Esto es lo mío´”.
Su talento lo ´exportó´ de Nariño a Boyacá y por 4 años rodó con un equipo profesional, liderado por Serafín Bernal. Para 2006 empezó a gestarse el equipo Colombia es Pasión y el ipialeño logró un cupo en este grupo, estuvo al lado de Nairo Quintana por algún tiempo y conoció el asfalto de las carreteras de Europa en varias competencias ciclísticas. Chalapud tenía 22 años.
“En esa ápoca (2006) estaba más formado, aprendí a correr con más técnica y con proyección, lo que me sirvió para integrar el Team Colombia y residir en Italia, fue una gran experiencia, aunque muy dura, pues nos concentraban desde el mes de enero, precisamente cuando hay invierno y no se puede salir a rodar. Las condiciones eran diferentes”.
Para 2017, y luego de pasar por las escuadras Inteja (República Dominicana), Orgullo Antioqueño, Gw, el Team Medellín lo reclutó para competir en Centroamérica y Europa. En 2019 llegó a China como gregario de Óscar Sevilla, pero luego de la primera etapa en la que los colombianos ganaron la contrarreloj por equipos, todo cambió.
“En la cuarta etapa, que era de montaña, hubo una fuga y me dijeron que saliera con ese grupo, que me pegara a rueda. Ese día me convertí en líder de la carrera y así me sostuve por 10 etapas más. Posteriormente hubo una contrarreloj individual, me sentí tan bien que saqué más ventaja y logreé el título”.
El verdadero significado
La familia es lo más importante para este ciclista. Aún recuerda que durante las lartgas ausencias en el exterior, su esposa y su hijo siempre loo acompañan en su pensamiento.
Más que los 80 mil euros de premio y que sea una de las carreras mejor pagadas en el mundo, para Robinson Chalapud, la victoria en China es un premio a su esfuerzo, dedicación y coraje. Y esta definición no es propia. La dice su esposa, Andrea Herrera, quien lo ha acompañado en los últimos 11 años como una gregaria. “Es un orgullo muy grande al ver la disciplina con la que asume su labor. Claro que uno se debe acostumbrar a otras rutinas como no trasnochar, la comida y el susto constante de un accidente. Ya en Bélgica tuvo una caída que lo dejó inconsciente. Además, se partió la clavícula en tres partes”, destaca.
Pero ese gusto por el mundo ciclístico, Chalapud quiere llevarlo a las nuevas generaciones. De allí que en sus planes está el convertirse en técnico, para lo cual tendría que estudiar en España. “Quiero hacer algo importante por el departamento de Nariño en materia de ciclismo. En esta tierra existen buenos deportistas, pero sin el apoyo de los gobiernos local o Departamental, pues no se logra nada. Entonces hay que hacer algo para todo este panorama se torne diferente”.
´Chala’, como lo conocen algunos en Ipiales, argumenta que los jóvenes deben iniciarse en el mundo del ciclismo por los menos a los 15 años, pero, enfatiza, “si es de su gusto. Es que muchos padres obligan a sus hijos a seguir esta disciplina por una moda y esto los afecta. Por ejemplo, se podría pensar que mi hijo sería amante del ciclismo, pero no, a sus 13 años dice que no le llama la atención y yo se lo respeto”.
El reto que sigue es el Clásico RCN en septiembre próximo. Para ello, continuará entrenando en las carreteras del sur del país y “a rueda” escoltado por 15 jóvenes nariñenses, quienes quieren seguir los pasos de este deportista, que hace patria en el exterior y que desea que su Ciudad y su Departamento no sean más anónimos en materia deportiva.