En la oración mariana del Ángelus el Papa deseó a todos los fieles un buen año 2021, con la esperanza de que todos “trabajemos por el bien común”. Sin embargo, también criticó a las personas que viajaron por motivos de descanso en medio de la actual pandemia por COVID-19.
Así, el papa Francisco expuso que “esas personas, que son buenas personas, ¿no pensaron en los que se quedaron en casa, en los problemas económicos de tanta gente que el confinamiento ha acentuado, o en los enfermos? Solamente, pensaron en las vacaciones y en hacer sus propias cosas” e indicó que eso lo apenó mucho.
Junto a lo anterior invitó a la gente a hacer todo lo posible por no caer en la tentación de “cuidar solo los propios intereses, de seguir haciendo la guerra, de concentrarse solo en el perfil económico o vivir de un modo hedonista, es decir, buscando únicamente satisfacer el propio placer”.
Igualmente, dio un parte de tranquilidad al manifestar que “las cosas mejorarán en la medida en que, con la ayuda de Dios, trabajemos juntos por el bien común, poniendo en el centro a los más débiles y desfavorecidos. No sabemos lo que traerá el 2021, pero lo que cada uno de nosotros y todos juntos, podemos hacer es comprometernos un poco más en el cuidado de los demás y de la creación de nuestra casa común”.
Finalmente, a los enfermos, desempleados y que viven en situaciones de opresión o explotación (que son quienes, según él, empiezan el año nuevo con mayor dificultad) les brindó un saludo especial, “con afecto, a todas las familias, especialmente a aquellas en las que hay niños pequeños o que están esperando un nacimiento. Un nacimiento es siempre una promesa de esperanza: estoy cerca de estas familias. Que el Señor los bendiga”.