Por: Gabriela Reina
Juan Carlos Bejarano, actualmente instructor de danza en la ciudad de Fusagasugá menciona que, la ciudad Jardín tiene entre diez a quince grupos de danza folclórica teniendo en cuenta que es grupo infantil, juvenil y grupo mayor, siendo así Fusagasugá un espacio de alto potencial en cultura.
Cada agrupación hace actividades para pagarse las salidas, paga su expreso y el refrigerio de ida, en los municipios donde uno llega le dan un refrigerio, almuerzo y a veces otro refrigerio, hay municipios que pagan el transporte y dan un reconocimiento económico para la actividad
Menciona Juan Carlos Bejarano
La danza folclórica en la Ciudad Jardín de Colombia -Fusagasugá- es algo representativo debido a la cultura, la rumba criolla, el Sumapaz y su provincia, los aires andinos que hacen que desde los más chicos hasta los adultos mayores disfruten de sus culturas y tengan buenos aprendizajes en baile.
“Que vivan los novios / viva la alegría / que yo me iré ahora / con la negra mía”. Con esos versos comienza la canción insigne de este género, declarada en 1994 aire folclórico oficial del departamento de Cundinamarca.
La Secretaría de Cultura de la ciudad Jardín que está bajo el cargo de Carlos García, administrador ambiental, no está haciendo un reconocimiento o ayuda especial para todos éstos grupos que están vigentes en la ciudad y que sobre todo representan el municipio.
Según Juan Carlos, desde la administración pasada hay un incentivo que se llama Portafolio Municipal de Estímulos, hace referencia a un dinero especialmente seleccionado para todos los grupos de Fusagasugá, pero que al día de hoy, poco a poco la administración ha venido bajando el valor de éste incentivo.
Ya no deberían ser cien millones de pesos para todos los géneros y artistas, sino aumentar a unos doscientos millones de pesos, sería algo bueno para todos
Comenta Bejarano
Adicional, la administración no cuenta con que desde que inició la pandemia, cada grupo de danza necesita de acompañamiento y ayuda en implementos de aseo, para que sus riesgos de contagio no fueran tan elevados.
Es gestión de cada director, buscar los medios para encontrar un espacio dónde realizar los ensayos de los bailarines, así como también, la compra de elementos de protección personal, corre por cuenta de su instructor.
En cuanto a la salud e integridad de los bailarines cuenta Juan Carlos que ha llegado a un acuerdo con los padres de familia, donde ellos como padres deben hacerse responsables, debido a que muchos de los bailarines suben fotos a sus estados desde fiestas o reuniones donde se aglomera mucha gente.
Es por esto, que cada uno se hace responsable de un posible contagio, ya que en ensayos tienen todos los protocolos de distanciamiento y bioseguridad para así evitar un contagio masivo.