En la declaración presidencial realizada el 29 de diciembre, a solo dos días de finalizar el año, el presidente Gustavo Petro anunció oficialmente el aumento del salario mínimo en Colombia para 2026. La decisión se tomó luego de que fracasara la concertación entre sindicatos y empresarios en la mesa de negociación .
El incremento decretado por el Gobierno nacional será del 23,7 %, una cifra que deja atrás los referentes tradicionales de inflación y productividad laboral. Con este aumento, el salario mínimo para 2026 quedará en $2.000.000, incluyendo el auxilio de transporte.
Según explicó el mandatario, el monto se compone de un salario vital de $1,746.882 y un auxilio de transporte de $249.095, alineado con el concepto de salario mínimo vital promovido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). El objetivo, dijo Petro, es garantizar que los trabajadores puedan cubrir gastos básicos como alimentación, vivienda, salud y transporte, y así mejorar su calidad de vida.
El anuncio se dio tras semanas de intensas discusiones, mientras las centrales obreras pedían un aumento cercano al 16 %, los gremios empresariales proponían una subida del 7,21 %, cifra cercana a la inflación anual reportada por el DANE en noviembre, que se ubicó en 5,30 %.

Con esta decisión, el presidente Petro completa su cuarto aumento consecutivo del salario mínimo por encima de la inflación, una política que ha defendido de manera reiterada. Antes del anuncio, el jefe de Estado aseguró en su cuenta de X que “toda la información estadística muestra que entre más sube el salario mínimo, el desempleo baja”, contradiciendo —según él— los postulados del modelo económico neoliberal.
Petro también sostuvo que la inflación responde a una disputa por la distribución de la riqueza y enfatizó que son los trabajadores quienes generan el valor económico. En ese sentido, aseguró que el Gobierno no permitirá que los empresarios trasladen el aumento salarial al precio final de los productos, argumentando que las utilidades deben crecer a partir de mayores ventas y no de incrementos en los precios al consumidor.
No obstante, el anuncio ha generado reacciones divididas. Mientras sindicatos celebraron la medida como un avance histórico en favor del ingreso real de los trabajadores, sectores empresariales y algunos analistas económicos advirtieron sobre posibles efectos negativos en los costos de producción, el empleo formal y la estabilidad económica en 2026.
El debate sobre el impacto real de este incremento apenas comienza, en un contexto en el que más de 2,4 millones de trabajadores reciben el salario mínimo en Colombia y el país enfrenta retos persistentes en materia de inflación, informalidad laboral y crecimiento económico.








