Haití vive este lunes un nuevo paro contra la inseguridad y la escasez de combustible con la mayoría de sus actividades paralizadas en una huelga convocada por diversos sindicatos.
“Si la inseguridad ya era agobiante y salir de las casas era un riesgo, ahora la escasez de combustible empeoró la situación, no puede seguir así el país”, dijo a la Agencia Sputnik un manifestante en el viaducto de Delmas en la capital.
La inseguridad se disparó en Haití en los últimos meses, con la multiplicación de secuestros y asesinatos.
En los primeros 16 días de octubre, el Centro de Análisis e Investigación en Derechos Humanos registró 119 raptos, dos casos más que los constatados en todo el mes de septiembre.
Entre los más mediáticos figuran los 17 misioneros de Estados Unidos y Canadá, entre los que se encuentran cinco menores, pero antes secuestraron al director de una de las oficinas de la empresa de seguros de vehículos, un empleado de la Dirección de Inmigración y Emigración y varios transportes colectivos con decenas de pasajeros.
Este fenómeno se agudizó en los últimos meses y afecta a los conductores de productos petrolíferos que fueron a la huelga la semana pasada para reclamar al Gobierno restablecer el clima de paz.
El paro de este gremio detuvo el poco suministro de las gasolineras y disminuyó a límites críticos las reservas de los hospitales y de negocios como mercados, entre otros.
El Gobierno, por su parte, anunció la creación de un corredor para abastecer las gasolineras, sin embargo este lunes el líder de la banda Micanord exigió 50 millones de gourdes (unos 500.000 dólares) para permitir el paso de los camiones cisterna.
La asociación de hospitales privados alertó que podría detener sus operaciones, mientras la principal compañía telefónica tiene casi el 30 por ciento de sus antenas disfuncionales por falta de combustible.