Entre las diversas exposiciones de literatura infantil que se encuentran en la FILBo 2018, se ubica “Niños que leen, niños que piensan”, un conservatorio crítico que busca situar como primer proceso de aprendizaje el hogar y la convivencia familiar, que a la misma escuela.
Para este encuentro, se reunieron grandes escritores y pensadores de talla internacional quienes discutieron sobre la formación educativa y el desarrollo personal como eje fundamental del cambio social. De este modo, Adela Basch, escritora argentina y conversadora de la exposición, señaló que el tutor de los pequeños debe contagiar de colores los cuentos y poemas que se le relatan, para que los niños dejen de guiarse por apariencias y pasen a ser lo que realmente son, niños.
Antonio Ventura, literato infantil, expuso a las letras críticas como base de un hogar, para la construcción de sujetos creativos en pro de la transformación del mundo, determinando a la familia como principal pilar constructivo de la razón. Indicando que, “la familia educa, la escuela enseña”.
Por otra parte, el filósofo Oscar Brenifier, argumentó que la escritura infantil se realiza a través de las preocupaciones globales de la humanidad, exponiéndolas, de manera personal con la intención del lector se identifique con su vida, su familia y sus sentimientos.