Por: Gineth Paola Bareño
Para este proyecto se contempla que, desde el Gobierno y por medio de instituciones como la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer y las secretarías distritales y municipales de la mujer, suministren de manera gratuita el insumo necesario, apto y adecuado durante el período de la menstruación y sean las responsables de identificar las situaciones de vulnerabilidad en el territorio, para así mismo tomar acciones que les permitan a las niñas, mujeres y personas menstruantes que se encuentren en dicha situación, llevar la menstruación en condiciones dignas.
Otro punto importante es la socialización e implementación de las normas, con un enfoque diferencial, teniendo en cuenta la diversidad cultural, económica y territorial que existe entre las personas beneficiarias de esta ley.
Por otra parte, con esta ley se busca modificar el artículo 477 del estatuto tributario, que refiere a bienes que se encuentran exentos del impuesto IVA, que pretende incluir las compresas, toallas higiénicas, tampones, protectores diarios, copas menstruales y ropa interior femenina absorbente para que, de alguna manera, las personas que requieren de estos implementos de aseo personal, no se sientan discriminadas en el sentido que deben pagar un impuesto por el simple hecho de haber nacido mujer o tener el proceso biológico de menstruación que las obliga hacer uso de estos elementos.
Esta ley surge para el reconocimiento de una igualdad humana, donde las mujeres deben ser tratadas con el mismo respeto y consideración que han sido tratados los hombres, también, quieren garantizar a las mujeres sus derechos, entre ellos el de llevar libre y dignamente la menstruación.
Lo que se busca es que se logre entender que no todas las mujeres y personas menstruantes tienen las mismas posibilidades, a pesar de vivir todas la misma situación fisiológica de menstruar, no a todas se les facilita decidir cómo van a vivir el proceso, o qué método quieren utilizar con ella.
Si bien es cierto que la gestión menstrual debe ser una decisión personal y que nadie le debe decir a la mujer cómo vivirla; al final, por razones económicas, culturales, formativas, entre otras, terminan viviendo la menstruación como pueden, más no como quieren.
La representante a la cámara Ángela María Robledo, expone sus puntos de vista frente a este tema tan controversial manifestando lo siguiente: menstruar es algo casi imposible de hacer con honor, también se debe tener en cuenta la inclusión de las mujeres-trans, muchos de estos productos para la menstruación eran considerados de lujo y de cosmética, por último, cuando no hay condiciones dignas para la menstruación, las mujeres sufren efectos negativos como disminución de asistencia escolar, peor rendimiento laboral, baja autoestima e infecciones, etc.
Sin embargo, mujeres que desconocen sobre este proyecto de ley como la señora Ángela Hasbleidy Rodríguez, de 37 años de edad y trabajadora social, expresa su punto de vista estando de acuerdo con las propuestas que trae este proyecto, ya que permite brindar oportunidades a muchas mujeres y niñas de vivir este proceso de menstruación de una manera tranquila e incluyente.
Resalta también que la falta de educación frente al tema genera esa poca empatía por parte del género opuesto quién es el principal sujeto agresor, que ataca con burlas o comentarios mal intencionados a este grupo de personas y finaliza con lo siguiente: “ver que desde el Congreso se están gestando este tipo de leyes es esperanzador y motivante para nosotras las mujeres, pues de alguna manera ya se está teniendo más en cuenta el tema de la igualdad de género”.
Por último, es desde el Congreso de la República donde se promulga esta ley para garantizar los derechos fundamentales de estas personas y, a su vez, la Corte Constitucional hace una revisión con el fin de decretar si es constitucional o inconstitucional esta ley para lograr aprobarla.