Los vehículos, cualquiera sea su servicio, cada vez son más complejos, aunque presten una gran cantidad de servicios digitales abordo. Hoy se han transformado en un computador que maneja todo, hasta la conducción si es del caso.
Ya no basta con poner combustible o cargar las baterías, es necesario un diseño muy intricado de electrónica que ahora, con la pandemia a nivel global, representa un cuello de botella de proporciones alarmantes en la industria automotriz mundial.
Pequeñas piezas, la inmensa mayoría provenientes de China ponen en jaque la industria. Aquí no hay que pensar en conspiraciones asiáticas, solo en los movimientos del mercado y de las necesidades de los consumidores. Los principales fabricantes de semiconductores reasignaron su producción a otros sectores, como la electrónica de consumo. A medida que aumenta la demanda de teléfonos móviles, memorias, sensores, tablets y ordenadores por el teletrabajo y el confinamiento, los fabricantes de estos componentes se centran en satisfacerla, desviando los suministros que también necesita la esfera automotriz.
La pandemia de coronavirus hizo que la demanda y la producción de automóviles cayera durante la primera mitad de 2020. Dadas esas circunstancias, los fabricas bajaron la necesidad temporal de los pedidos de semiconductores y los proveedores de chips modificaron sus planes de producción. Ahora, cuando la demanda se está reactivando más de lo previsto-sobre todo en China- proveedores como Samsung Electronisc, NXP Semiconductors, SMIC o TSMC no dan abasto.
Cuando hay carestía de un producto, comienza la guerra de la oferta y la demanda. Si no hay producto a la mano su precio sube y en algunas circunstancias, considerablemente. Precio que finalmente pagará el consumidor y en este caso los compradores de autos. Expresiones como “aumentos significativos” , “severa escasez” hacen que los precios suban aún a pesar que las fabricas esta al 100% de su producción, solo que su mercado es otro.
En este nuevo año, se espera aumentos en los sistemas de memorias y semiconductores y por supuesto, en una competencia global, los fabricantes no asiáticos buscan impulsar de nuevo sus empresas para salir al paso y poder responder a la industria automotriz.
Cabe preguntarse si el tema de la economía circular es posible en este sector que utiliza una gran cantidad de partes que se desechan todos los días desde los hogares, oficinas e industrias, aparatos como celulares, computadores, tablets y otra gran cantidad de equipos electrónicos que usan chips, esa pequeña pieza que hoy en día mueve al mundo.