Por: Julián Esteban Sánchez, Derly Yuliana Aviles Grajales, Thomas Pineda Cuervo, Julieth Daniela Guerrero Mafioli.
Las lámparas ultravioleta, utilizadas para secar y fijar esmaltes semipermanentes, emiten radiación UV que puede ser perjudicial para la piel. Un estudio del Centro de Investigaciones Médico Sanitarias -de la Facultad de Medicina, en la Universidad de Málaga (España) publicado en Nature Communications en 2024- advirtió que la exposición recurrente a esta radiación puede causar daños en el ADN de las células cutáneas, lo que incrementa el riesgo de cáncer de piel y envejecimiento prematuro.
Según la American Cancer Society, el cáncer se origina cuando las células comienzan a crecer sin control, lo que puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo. En Colombia, la resolución 3924 de 2005 sobre salud ambiental establece que los servicios de salud estética deben realizarse bajo la supervisión de profesionales médicos, especialmente cuando implican el uso de tecnología o productos que pueden afectar la salud.
Por su parte, la Academia Española de Dermatología y Venereología advierte que los acrilatos y metacrilatos, materiales plásticos formados a partir de monómeros derivados del ácido acrílico y utilizados en estos tratamientos, pueden causar dermatitis alérgicas de contacto (DAC). Aunque, una vez completado el proceso de polimerización, los compuestos acrílicos se vuelven relativamente inertes, el contacto repetido con estos químicos durante el proceso de manicura puede sensibilizar a algunas personas.
El estudio de la Universidad de Málaga destaca que la acumulación de estos efectos depende de la frecuencia y la duración de las exposiciones. Aunque las lámparas UV utilizadas en salones de belleza no emiten radiación en niveles tan altos como otros dispositivos, el uso constante sigue siendo un factor de riesgo.
Entre las medidas recomendadas por los especialistas se encuentra el uso de guantes sin dedos que protejan la piel de las manos y la aplicación de un protector solar de amplio espectro 20 minutos antes del procedimiento. Además, sugieren limitar la frecuencia de los tratamientos con esmaltes semipermanentes y permitir períodos de descanso entre sesiones para reducir la exposición acumulativa.
El auge de las uñas acrílicas y semipermanentes ha llevado a una percepción general de inocuidad, pero es fundamental que los consumidores sean conscientes de los riesgos y actúen para proteger su salud.
Este tema también invita a reflexionar sobre la necesidad de que la industria de la belleza tome medidas para garantizar la seguridad de sus procedimientos, promoviendo alternativas más seguras para los usuarios y los profesionales del sector.
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