Por Laura Alejandra Galvis
Los estigmas de género cada vez están rompiendo con más fuerza el ámbito social, como en el caso del concurso internacional de belleza Miss Universo donde a mujeres transgénero se le abren las puertas a un nuevo camino de aceptación y tolerancia. Ante esto, una mujer trans colombiana quiere que los abusos y violencia hacia la comunidad LGBTI se detengan, reclamando su derecho a ser parte de la sociedad sin discriminación alguna.
Salomé tiene 18 años, es una mujer joven, cuya postura refleja una convicción total sembrada durante muchos años. Comenta que el retraso social del país le impresiona, por lo que siempre ha tenido presente que por su corporalidad las personas la señalan e incluso, violentan emocional y físicamente. Igualmente, estas actitudes han llegado por parte de profesionales de la salud en el momento de una cita médica o por entidades del Estado como la Registraduría Nacional cuando hacía su proceso legal de cambio de documentos,es decir, cambio de nombre y género.
Salomé pertenece al grupo de apoyo GAAT (Fundación Grupo de Acción y Apoyo a personas trans) donde ha logrado sobrellevar las adversidades a lo largo de su proceso legal, emocional y psicológico. Según informa, Angela Ponce, Miss España, es un completo orgullo para la comunidad trans porque afirma que a ese lugar de reconocimiento quisiera algún día llegar ella o cualquier otra mujer, para representar a Colombia. “El problema es la intolerancia que maneja este país, desde el marco educativo donde no enseñan que más allá de las casillas hombre o mujer hay personas que sienten y son reales”, dice.
La admiración hacia Miss España no es sólo por su belleza sino porque ha pasado los límites que restringen a esta comunidad a ser reconocida,por ejemplo, en la educación. Según cifras del GAAT menos de un 50% de personas trans logra llegar a un estudio universitario y mucho menos ejercer derecho aun trabajo digno con la remuneración justa, por lo que cada día se suman más reclamaciones legales al Gobierno.
Lo anterior tiene una influencia familiar, la mayoría de los estudiantes universitarios pueden acceder a sus estudios superiores gracias al apoyo económico de sus familias donde ayudan con el pago neto del semestre o como codeudores. Cuando una persona perteneciente a esta comunidad revela su verdadera identidad, quedan sin un apoyo en su núcleo familiar, en la mayoría de los casos, por lo que optan por trabajar, pero aun así las empresas son discriminatorias y no los contratan, por eso varios recurren al oficio de la prostitución, asegura Salomé.
“Angela Ponce nos demuestra que sí se puede y que sólo hace falta un poco de empatía y solidaridad por parte de la sociedad; con respecto a nosotros sólo necesitamos mayores oportunidades porque también somos ciudadanos”. El escenario que más la confunde y hiere es las redes sociales donde se crean diferentes burlas por la aprobación del certamen de belleza dejando denigrada totalmente su lucha, y la lucha de varios.
Salomé mantiene la esperanza de tener un país más libre, donde la mujer y persona trans no tenga desventaja en la sociedad y que puedan ejercer diferentes cargos como líderes empoderadas, no sólo en concurso de belleza sino también en cargos Estatales para demostrar que, aunque su voz poco es escuchada, siempre están gritando “presente”.