Hoy inició la Semana Virtual de Emprendimiento e Innovación en Negocios Verdes liderada por la Secretaría Distrital de Ambiente, en la cual se pretende acompañar a los empresarios y emprendimientos a partir del aprovechamiento sostenible de la naturaleza.
El primer conversatorio fue el de Sostenibilidad y negocios verdes, en el cual participaron: Marinella Valencia, investigadora de la Universidad Laval de Canadá; Fernando Sánchez, presidente ejecutivo de la Sociedad Iberoamericana de Ingeniería Ambiental y Sanitaria; Felipe Cardona, investigador del instituto Alexander Von Humboldt; Margoth García, zootecnista y como moderador Diego Rubio, subdirector de Ecourbanismo y Gestión Ambiental Empresarial de la Secretaría Distrital de Ambiente.
¿Qué son los negocios verdes?
Valencia explica que un negocio verde es aquel en el cual hay un sistema alimentario constituido por actividades de producción y consumo y como resultado de estos procesos hay un impacto ambiental y una representación económica.
Para que un negocio verde sea sostenible debe limitar los impactos negativos en el ambiente, garantizar seguridad alimentaria, mejorar el bienestar socioeconómico y competir dentro de un sector escalable, por lo tanto sugiere a los emprendedores estudiar sus negocios y acogerse a la normatividad de este modelo económico para impulsar su desarrollo.
“Hay muchos productores que cumplen con los criterios de modelo de negocio verde, pero no cumplen los requisitos legales, no llegan hasta allá porque son costosos y dispendiosos, esa es una limitante para ser catalogado como negocio verde”, afirmó la investigadora.
Principales retos de estos negocios
García asegura que las personas deben planificar el uso de recursos y servicios ecosistémicos, crear modelos que generen ingresos a las familias productoras con terrenos pequeños, articular varias posibilidades de producción, lograr una distribución eficiente, un transporte más económico y garantizar la calidad de su producto.
Por lo anterior, la zootecnista invita a los productores a que analicen qué quieren los consumidores, dar a conocer qué elementos nutricionales contienen sus productos, reconozcan el potencial de su territorio y entiendan la cadena de valor de los mercados sostenibles de modo que se articule a los múltiples actores tanto nacionales como internacionales.
“Si este modelo de negocio verde no es rentable para el productor, la degradación del ecosistema y las condiciones socioeconómicas del territorio vendrán en desmejora”, opinó la zootecnista.
¿Cómo generar oportunidades en el mercado?
Para Sánchez, se deben buscar estímulos tributarios asociados a los negocios verdes de forma que haya un acompañamiento por parte de empresarios y entidades que no saben cómo mejorar su negocio o que todavía no han formalizado el que tienen.
Además, sugiere a los productores abordar el mercado tanto en Bogotá como en los municipios aledaños a la ciudad porque hay potencial de biocomercio, mayor desarrollo en cadenas de producción y organizaciones no gubernamentales que promueven estos modelos y la arquitectura natural.
“Hay que hacer una recuperación de proyectos en fase de diagnóstico y potencializarlos para generar estrategias que armen un banco de ideas y así podamos optimizar el manejo de recursos y de desechos”, aseguró el vocero de la Sociedad Iberoamericana de Ingeniería Ambiental.
Atender las necesidades del consumidor y recuperar los saberes
Cardona recalca la diversidad de mercado en Bogotá y la facilidad para que los productos confluyan en lugares como las plazas de mercado, pero siente que hay recursos como las plantas que antes se consumían por sus propiedades, algo que la generación de hoy en día no conoce.
Por lo que considera que se debe hacer pedagogía ciudadana de forma sencilla para que las personas conozcan las propiedades de sus recursos naturales, incentiven el comercio verde y se acojan a los beneficios de esta economía.
Mientras que, los productores deben encontrar la forma de acercarse a las empresas, aprovechar el cambio de conciencia en las ciudades, ampliar las opciones de los consumidores e impulsar las herramientas virtuales para ofrecer sus productos.
“Hay que hacer un esfuerzo muy grande porque todavía hay mucho por hacer y mediante las instituciones distritales y las organizaciones nivelar las expectativas de los productores”, expresó el investigador.