Por: Ángela Lizeth Boada Arias
¿Qué viene después?
El presente escrito tiene como finalidad mencionar, desde la crítica y reflexividad, las dinámicas que las personas deben asumir a causa del Covid-19. Ante la coyuntura, la humanidad ha tenido que enfrentar una serie de situaciones que implican adaptarse abruptamente a cambios estructurales, en donde las empresas de diferente índole, el sistema de educación, el sistema de salud, entre otros, han experimentado fuertes repercusiones en su accionar.
En este sentido, durante la pandemia ha sido latente el teletrabajo, las clases desde la virtualidad, desarrollo de conferencias vía online, es decir, la vida de la digitalización cobró un sentido fundamental para que, en la medida posible, algunas de las actividades no quedaran pausadas. No obstante, también fue evidente la desigualdad social en todas sus expresiones, dado que, no toda la población ha tenido acceso a la virtualidad para el desarrollo de sus dinámicas, pues, en el caso de la educación, por ejemplo, Jeffreys (2020) en la revista NEWS/MUNDO, se establece que “más del 90% de los niños del planeta no están en la clase, según la UNESCO. Esa interrupción tendrá secuelas durante años”. (Párr. 28), en esta medida, para quienes no cuentan con los recursos necesarios para acceder a la digitalización, implicará situaciones intensificadas o en su defecto, la obligación de muchos estudiantes a interrumpir su proceso académico.
Por otra parte, las empresas se han visto en la necesidad de repensar su metodología de trabajo, acarreando el despido de personal o la reducción del valor de su producción. Ante el desafío de la pandemia… la supervivencia de las mismas dependerá en mayor grado de su capacidad de supervivencia y adaptación a la situación. Las que gozan de salud financiera presentan mayor posibilidad de mantenerse, pero las empresas que denoten caídas intensificadas sobre sus ventas, pueden desaparecer. (Simpson, E. 2020)
Otro punto de vista que se hace preciso no pasar por alto, es el beneficio que la pandemia ha traído para el ecosistema, dado que, la población se ha visto en la necesidad de recurrir a medios alternativos como la bicicleta, permitiendo la reducción de la contaminación del aire y el fortalecimiento de huertas comunitarias. No obstante, se teme que, en un futuro, los aspectos positivos que han permitido recuperar el medio ambiente se disipen a razón de que “Un posible escenario es que el mundo regrese al consumo desenfrenado de combustibles fósiles, como ocurrió después de la crisis bancaria, desatando una demanda acumulada de petróleo y carbón”. (Shukman, D. 2020). Pues, son muchos puntos de vista que giran en torno a cómo se relacionará y vivirá el mundo después de la pandemia, por lo que es preciso reflexionar y prepararse ante las situaciones que esperan a la humanidad.