Las autoridades de la isla española de La Palma decretaron el confinamiento de la población de varios núcleos, por la llegada al mar de la lava del volcán que entró en erupción el pasado septiembre.
El Gobierno de Islas Canarias anunció estas medidas “ante la llegada de la colada de la zona número 7 al mar en la zona costera del municipio de Tazacorte y en previsión de posibles emanaciones de gases nocivos para la salud de las personas”.
La decisión afecta a los núcleos de población de San Borondón, Tazacorte y El Cardón en la zona del Valle de Aridane, la más afectada hasta la fecha por la erupción volcánica.
Es la tercera vez que el magma procedente del volcán de Cumbre Vieja llega al Atlántico.
El fenómeno tuvo lugar en torno a las doce del mediodía de este lunes y provocó una columna de vapores que obligó a las autoridades a ordenar nuevos encierros.
En su comunicado, el Gobierno recomendó a las personas afectadas que cierren puertas, ventanas y persianas de sus hogares para frenar “toda entrada de aire procedente del exterior” y que se confinen si es posible “en las habitaciones más interiores”.
Mientras, el aeropuerto de La Palma sigue inoperativo por tercer día y la aerolínea Binter comunicó que mantendrá la cancelación de todos los vuelos con origen o destino a la isla, a causa de la nube de cenizas procedente del volcán.
Según la última actualización del programa europeo de observación terrestre Copernicus, la lava afectó a una extensión de 1.065 hectáreas y destruyó un total de 2.651 viviendas en los últimos dos meses.
El Instituto Geográfico Nacional sigue registrando temblores constantes en la isla, con 76 terremotos localizados bajo el volcán en la última jornada, el mayor de los cuales alcanzó una magnitud de 4,8.