Por: Por: Yuli Alexandra Lara Páez, estudiante del Semillero Música y Comunicación Soundterra de UNIMINUTO Bogotá.
A comienzos de noviembre del presente año se llevó a cabo por primera vez en La Plaza de Bolívar de Bogotá la edición del Festival Joropo al Parque, donde el talento artístico y musical de los Llanos Orientales se apoderó del corazón de la capital.
La cultura llanera, la danza y la música fueron las protagonistas de esta celebración, que en su apertura contó con nueve presentaciones, un derroche de talento y tradición a través de las poderosas voces de sus representantes más significativos como Milena Benítez, Aries Vigoth, Anita Carranza e invitados especiales como Aldrumas Monrroy, Víctor Espinel y Dumar Aljure.
Otro grupo que se robó la atención del público fue Cimarrón, que, a través de su participación, en compañía de su líder Ana Veydó, hicieron vibrar el escenario con sus emotivas presentaciones, que incluyó un canto de vaquería.
La segunda jornada de este evento inició con el llanódromo, momento cuando 12 agrupaciones de danza hicieron un recorrido desde el Edificio Murillo Toro hasta el parque Santander, a fin de dar a conocer los diferentes estilos del baile llanero tales como el tradicional, el académico y el de innovación, que contagió a todos los espectadores del folclor llanero.
Artistas como Daniel Gualdrón, Javier Manchego, Nancy Vargas y Astrid Carolina, también participaron con la interpretación de sus letras. En esta celebración las mujeres también tuvieron un papel fundamental, como sucedió con Vanessa Esteban, que se destacó junto a Fredi Torres, Alexis Sanabria y Yimmy Ortiz por su interpretación del contrapunteo, que consiste en que dos o más copleros tiran al aire algunos versos improvisados con métrica, rima, rapidez y melodía.
El emotivo cierre del festival estuvo a cargo del maestro Walter Silva, que con sus temas musicales se encargó de cerrar con broche de oro esta primera edición de Joropo al Parque.
Se espera que esta no sea la última versión que tenga como invitado especial a los Llanos Orientales, para que en el futuro el folclor de esta región de Colombia siga dejando una huella imborrable.