Acorde con su página web “la Dirección de Tránsito y Transporte es un cuerpo de policía especializado en transporte y tránsito y tiene como misión contribuir con la movilidad, aplicación de las normas de tránsito y prevención de la accidentalidad de los usuarios de las vías y terminales en todos los modos del transporte, orientado a garantizar una cultura de seguridad vial y propiciar conciencia colectiva de solidaridad, autorregulación y disciplina social”.
Sin embargo, Nicolás Estupiñán, secretario de movilidad, indicó que “tendremos tres años para hacer desmonte de la Policía de Tránsito que por orden del Gobierno pasará a labores de vigilancia”. Esto debido a que el Gobierno Nacional tiene contemplado poner en marcha una nueva política de seguridad en todo el país, como parte de su anunciado interés por reducir el hurto a mano armada y el consumo de tráfico de drogas, el cual requiere que los uniformados de la policía de tránsito pasen a tareas de seguridad y vigilancia.
De este modo, “las funciones de tránsito desarrolladas por la Policía Nacional en los distritos y ciudades capitales, serán desmontadas gradualmente para reubicar el servicio de estos uniformados en la modalidad de vigilancia. Los entes territoriales, deberán planificar la conformación de un nuevo esquema de tránsito civil que garantice el cumplimiento de las normas de tránsito”, según se indica en el documento de Apoyo a las acciones de regulación y control de tránsito y transporte. Demostrándose, así, que es un cambio que se implementará en todo el país.
Esta idea de “cuerpo de vigilancia” se había implementado hace años en Bogotá, hasta que en 1997 Antanas Mockus, quien era el alcalde de la ciudad, decidió desmontarlo por las denuncias de corrupción. Así, los encargados de hacer cumplir las normas de tránsito fueron llamados “chupas” tras ser señalados de aceptar y pedir sobornos para no poner comparendos a los infractores.
Ante estas medidas, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, manifestó su inconformidad por los “chupas”. Expuso que “no es la mejor opción, pero si nos la imponen pues toca porque si deciden que no va a haber más, pues nosotros no podemos dejar sin agentes de tránsito a la ciudad, pero está claro que Bogotá y todas las ciudades necesitamos más y mejores policías, está claro. Pero queremos hacer ese llamado, lo ideal para todos es que no se acabe la Policía de Tránsito”.