La actual pandemia del COVID-19 nos instauró un aislamiento físico como una norma insignia de la nueva realidad, no obstante, la vida ha continuado y en el camino hemos encontrado las estrategias para continuar con ella desde la virtualidad. Por ejemplo, la ciencia médica ha hecho un esfuerzo enorme con el fortalecimiento de la telemedicina, la cual ha permitido el acceso a la atención de pacientes (que no requieran de exámenes específicos) sin tener que acercarse a un centro médico y arriesgarse al contagio del virus.
¿Qué es la telemedicina?
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) expone que la también conocida como teleconsulta “se refiere a las interacciones que ocurren entre un médico y un paciente con el fin de proporcionar asesoramiento diagnóstico o terapéutico a través de medios electrónicos” y la plantea como “una herramienta esencial para usar durante una pandemia”.
Por otro lado, la ley 1419 de 2010, por la cual se establecen los lineamientos para el desarrollo de la telesalud en Colombia, define a la telesalud como “el conjunto de actividades relacionadas con la salud, servicios y métodos, los cuales se llevan a cabo a distancia con la ayuda de las tecnologías de la información y telecomunicaciones”.
Dicha ley también expone que esta “provisión de servicios de salud a distancia” no exime a los prestadores de servicios de salud y a las entidades responsables del pago de tales servicios “de su responsabilidad de priorizar la prestación personalizada de servicios de salud, en el marco del Sistema General de Seguridad Social en Salud”.
Así, aunque el proceso puede variar dependiendo de la IPS, generalmente inicia con la solicitud de la cita médica, luego se elige la modalidad con la que se desea acceder a este servicio, en caso de ser elegida la opción virtual se recibe un correo informando cómo realizar el pago de esta y cuál será el posterior paso a seguir. Entonces, tras haber realizado el pago se recibe un correo con el link para acceder a la cita médica en el día y la hora seleccionados. En el momento de la cita el doctor o doctora hace preguntas iniciales e informa del marco legal que rodea esta modalidad, el resto transcurre bastante similar a una presencial, con la diferencia de que no existe ningún contacto físico al estar mediada por una pantalla. Las órdenes médicas y prescripciones otorgadas se envían al correo electrónico del paciente.
Tecnología mínima necesaria:
Sin embargo, esta modalidad requiere que ciertos parámetros sean cumplidos para llegar a ella. En términos generales, se requiere de conexión a internet, una computadora, tablet o celular adecuado con capacidades de audio y vídeo, dispositivos de transmisión y el software específico o herramientas de conferencia requeridas (Skype, Zoom, Teams, etc.).
Así mismo, lo más recomendable es contar con conexiones rápidas y estables a internet y banda ancha (ADSL, fibra óptica, cable, 4G o similar; al menos 1 MB / 300 kb) y no tener abiertas aplicaciones que interfieran con la velocidad de la conexión a internet o la comunicación.
¿Y Colombia?
En Colombia, el 3 de octubre de 2019 el gobierno nacional estableció nuevas disposiciones para el desarrollo de la telesalud en el país a través de la expedición de la Resolución 2654 de 2019. Mediante esta se dan los parámetros para la práctica de la telemedicina, sus categorías, el uso de los medios tecnológicos, la calidad y seguridad de la atención, así como el manejo de la información y los datos.
Ante esto, Luis Fernando Correa, director de Prestación de Servicios del Ministerio de Salud y Protección Social, indicó que “aunque ningún país del mundo estaba preparado para esta pandemia, por lo menos Colombia, en lo que respecta a telesalud, contaba con un componente normativo fuerte, así como avances importantes por parte de los diferentes actores de salud”.
¿Llegó para quedarse?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) de la voz de su director general, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, expuso que “es fundamental aprovechar el potencial de las tecnologías digitales para alcanzar la cobertura sanitaria universal. Al fin y al cabo, estas tecnologías no son un fin en sí mismas, sino herramientas esenciales para promover la salud, preservar la seguridad mundial y servir a las poblaciones vulnerables”.
Sin embargo, el doctor Garrett Mehl, científico de la OMS, recordó que esto “depende mucho del contexto y de que su diseño sea adecuado. Por ejemplo, hay que tener en cuenta aspectos estructurales de los lugares donde se utilizan, la infraestructura disponible, las necesidades sanitarias que se pretenden satisfacer y la facilidad de uso de la propia tecnología”.
Por su parte, el doctor Carlos Paredes (de doc.com) expuso que “diversos padecimientos siempre requerirán una valoración presencial, después de la pandemia muchos médicos optarán por la medicina a distancia para realizar seguimiento de pacientes, consultas rápidas, interpretación de resultados, etcétera”.
Por otro lado, en ehCOS, una plataforma de soluciones de Salud para el mundo, se indicó que la telemedicina “está empezando a utilizarse para la monitorización y seguimiento de pacientes a distancia, surgiendo diferentes aplicaciones para ello“. Entonces, aportó ejemplos como la teleconsulta, que posibilita el seguimiento, diagnóstico o tratamiento de pacientes a distancia; la telemonitorización, que facilita el seguimiento de los pacientes incorporando parámetros biológicos, fisiológicos y biométricos; y la telecirugía, donde la utilización de la robótica y la realidad virtual ha potenciado el creciente número de telecirugías experimentales.
Finalmente, se sabe que son muchos los factores a tener en cuenta, desde estructurales, tecnológicos, sociales y más, y aunque por el momento la telemedicina es una modalidad muy utilizada, es cierto que no todos pueden tener acceso a ella, por esto se debe contemplar primero el cómo volverla algo para todos.