Según informaciones de la NOAA, esta temporada de eventos climáticos en el Atlántico, y por consiguiente en la cuenca del Caribe ya comenzó y de que manera.
Se prevén de 10 a 17 tormentas tropicales con nombre, es decir con vientos superiores a 39 millas por hora o más (63 km/h), y de ellas de cinco a nueve huracanes, con vientos de 74 millas por hora o más (120 km/h), según la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de Estados Unidos (NOAA).
Se trata de una temporada con un 45 % de probabilidades de una actividad “por encima de lo normal”, que es de 12 tormentas con nombre, de las cuales seis se convierten en huracanes, incluidos tres importantes.
En lo que va de la actual temporada de huracanes, que comenzó en junio pasado, se han registrado también las tormentas tropicales Chantal, Andrea, Erin, Fernand y Barry, que se convirtió en huracán en julio poco antes de tocar tierra en Luisiana, donde dejó cuantiosas pérdidas materiales, pero ninguna víctima mortal directa.
Casi una semana después de devastar Bahamas, donde dejó al menos 43 muertos, Dorian tocó suelo canadiense, y aunque lo hizo debilitado, las autoridades advirtieron de su peligro por vientos violentos, lluvias torrenciales y olas de cerca de 20 metros.
“La seguridad de los canadienses es nuestra prioridad absoluta y estamos listos para ayudar a la Canadá atlántica ante esta tormenta”, tuiteó el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.
Mientras Canadá enfrenta la tormenta, lo bahameños que lo perdieron todo tras el paso del devastador el huracán Dorian intentaban este sábado escapar de las islas más afectadas, donde la tormenta de máxima categoría dejó al menos 43 muertos, una cifra que las autoridades esperan aumente “significativamente”.
“Dorian” es el huracán más fuerte que ha azotado las Bahamas, desde que se tiene registro. Dejó un panorama de devastación tras su paso por el archipiélago de 700 islas, en el Caribe. Por lo menos 30 personas murieron, pero el Gobierno local da por hecho que al final el saldo mortal será mucho mayor.