Por Marcela Gómez
Como ya es tradición desde hace 27 años, IDARTES trae al público capitalino versatilidad y adaptabilidad rítmica, este año con 15 presentaciones de agrupaciones internacionales invitadas, nacionales y distritales que se presentaron a la convocatoria con 29 agrupaciones más, de las cuales 8 pasaron para deleitar al público con sus obras musicales.
Como cada año la asistencia fue masiva, y en esta ocasión el Parque el Country se llenó de asistentes y sombrillas, y a pesar de las lluvias el público no se perdió el festival que año a año le regala Jazz a Bogotá.
Durante el primer día la lluvia fue intensa, y a eso de las seis de la tarde el agua que no esperó, cayó con toda su fuerza sobre el norte de la ciudad, razón por la cual la primera jornada del festival terminó de manera imprevista. La presentación de las últimas bandas que no alcanzaron a pisar el escenario fue aplazada. Del mismo modo, los emprendimientos presentes tuvieron que cerrar sus puestos y abandonar el escenario.
El domingo, día de la segunda jornada y del cierre del festival, a pesar de la llovizna constante, los asistentes llegaron a la cita. El parque se llenó de colores con sombrillas y capas para resguardarse de la lluvia, para no perderse de las prometidas presentaciones esperadas.
Este año la temática del festival enfatizó en la fusión de culturas entre Colombia y Suiza, Colombia y Francia, Macedonia y Turquía, Grecia y Países Bajos-Australia, India y Estados Unidos, más todo el talento distrital.
Fue una experiencia enriquecedora para el público, que pudo escuchar la versatilidad del jazz para reconocer el talento con el que cuentan Bogotá, Colombia y el mundo. Jazz al Parque se consolida como un espacio donde las músicas son reconocidas y visibilizadas como parte importante de las culturas, que permite el encuentro en la interculturalidad apreciar la belleza de las fusiones, las luchas, las historias, los sentires comunes y el amor que lleva cada pieza musical, sin importar de dónde venga.