Por: Luisa María Guzmán y María José Mateus
La alternancia no es un punto viable en este momento, ya que la ciudad se encuentra en el tercer pico de la pandemia. Así lo menciona una docente del distrito que pide que su identidad quede en el anonimato. Ella, desde el amor hacia su profesión y estudiantes, busca la mejor forma de enseñar y expresar que para el retorno a clase no se cuenta con los elementos y protocolos debidos para proteger la salud física y mental de los docentes, estudiantes y miembros de los planteles educativos.
A sus 63 años, la licenciada en biología y normalista de la institución ubicada en la localidad Rafael Uribe Uribe, comenta que la educación está en término medio y presenta falencias, ya que no se logra la misma participación de las estudiantes que en clases presenciales, muchas de ellas, no cuentan con los recursos. Las misma alumnas mencionan en las clases no cuentan con micrófono o internet para poder unirse o intervenir en sus encuentros virtuales, viéndose afectada la educación en el sur de Bogotá.
Aunque el colegio ha implementado varias estrategia para cerrar la brecha entre lo presencial y lo virtual, el regreso progresivo y seguro a las aulas no es fiable porque se arriesga la integridad y la salud física, como mental, de los estudiantes y miembros educadores de la institución.
Así mismo, la alternancia, como la plantea el Ministerio de Educación, no es la forma idónea para educar en tiempos de pandemia, esto teniendo en cuenta que no se han implementado los elementos de bioseguridad necesarios en cada institución, pues no se conoce cómo es el trayecto que cada estudiante tiene que tomar para llegar a clases, lo cual hace que cada vez el riesgo de contagio aumente para aquellos que van a las instituciones y, sobre todo, porque estos aún no han sido vacunados.
“Desde la lucha se han logrado varios cambios” opina la docente quien, desde su experiencia laborando en planteles educativos por más de 40 años, conoce más que nadie que el Paro Nacional que se inició el pasado 28 de abril y que continúa, es justo y necesario. No solo por la educación a nivel nacional, sino también por los problemas que se presentan en el servicio médico, por la reforma tributaria y por las incontables veces que no les han dado respuesta a los diferentes sectores económicos del país.