La alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, condenó este martes el incremento de la violencia en Colombia por parte de grupos armados ilegales en contra de campesinos, indígenas y afrocolombianos, e instó a las autoridades a tomar acciones para proteger a la población.
“Es deber del Estado estar presente en todo el país, implementando un amplio rango de políticas públicas integrales, no solo con medidas drásticas en contra de los responsables de la violencia, sino también brindando servicios básicos y salvaguardando los derechos fundamentales de la población”, dijo Bachelet en Ginebra (Suiza), según un comunicado de su despacho.
Al respecto, hizo un llamado a las autoridades colombianas “a tomar medidas más sólidas y mucho más efectivas para proteger a la población de esta horrenda violencia”.
Bachelet resaltó la urgencia de que la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad desarrolle una política pública para desmantelar “las organizaciones criminales que hayan sido denominadas como sucesoras del paramilitarismo y sus redes de apoyo”, tal y como se solicitó específicamente en el Acuerdo de Paz de 2016.
La Alta Comisionada también urgió a las autoridades a llevar a cabo investigaciones “rápidas, exhaustivas, imparciales, independientes y transparentes sobre todas las denuncias de abusos y violaciones de derechos humanos”, y a que defiendan los derechos de las víctimas a la justicia, a la compensación y a la reparación.
“Lamentablemente, después de décadas de conflicto armado, la violencia ha sido normalizada en Colombia, algo que nadie debería aceptar”, consideró Bachelet.
En lo que va de 2020 la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos en Colombia documentó 66 masacres, en las que 255 personas fueron asesinadas en 18 departamentos del país.
Además, la Oficina recibió información sobre el asesinato de 120 defensores de derechos humanos en lo que va del año, mientras que desde la firma del Acuerdo de Paz la Misión de Verificación de la ONU en Colombia también documentó 244 asesinatos de excombatientes de la antigua guerrilla de las FARC.
Según la ONU, la comunidad Nasa ha sido uno de los grupos indígenas más afectados por la violencia en Colombia, con 66 de sus integrantes reportados como asesinados en el departamento del Cauca (suroeste) en lo que va de este año.
El incidente más reciente ocurrió el 5 de diciembre, cuando cinco personas -incluido un ex combatiente de las FARC en proceso de reintegración- fueron reportadas como asesinadas en el Cauca en dos hechos diferentes; además, el mismo día, 24 líderes y autoridades del pueblo Nasa recibieron amenazas de muerte.
Otro ataque reciente ocurrió el 3 de diciembre en el departamento del Chocó (noroeste), donde el líder indígena Miguel Tapi Rito fue asesinado, lo que provocó el desplazamiento de unas 900 personas de su comunidad, la mayoría mujeres y niños.