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Bogotá: barrios de Tunjuelito que más agrede al personal médico

“Agresión a personal médico debe ser castigado como acoso y persecución con sanciones económicas desde 26 a 36 salarios mínimos y penas que privaticen de la libertad entre 2 y 7 años”: Valentina Benavides, abogada especialista en Derecho Constitucional.

Por: Laura Valentina Espinel

El país suma más de 230 casos de ataques hacia el personal médico en pleno aislamiento preventivo, y la ciudad que representante del mayor índice de amenazas hacia el sector de la salud es Bogotá.

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Tunjuelito ha sido una de las localidades con mayor índice de ataques, “semanalmente se presentan en sus calles insultos, ofensas y golpes” así lo afirma Fabián Valle Navarro, asesor de despacho del alcalde local de Tunjuelito. A pesar de la variedad de denuncias hacia los agresores que cometen injusticias con estas personas, pocos son quienes logran ser judicializados.


El pasado 08 de mayo se presentó una fuerte golpiza hacía Diana Marcela Murillo, enfermera de un hospital del sur de la ciudad, hecho que ocurrió en la localidad de Tunjuelito, zona que se ha habituado para presenciar dicha violencia en contra de hombres y mujeres que entregan su vida para salvar otras.


Este suceso se registró en la estación de Transmilenio Santa Lucía, en medio de un servicio de ruta de un articulado. Luego de que la enfermera tomará asiento, se acerca un hombre que no duda en lanzar una cachetada contra la mujer, dejándola en el suelo: “Ustedes son peor que la plaga”, afirma Diana que el hombre se refirió de esa manera a los enfermeros.


Luego de este incidente se han venido presentando más acusaciones en contra de estos criminales, pero “sólo un mínimo porcentaje ha sido capturado por las autoridades”, así lo afirma la abogada especialista en Derecho Constitucional y trabajadora del Ministerio del Deporte, Valentina Benavides Atehortúa, quien también resalta que todo tipo de agresión debe ser castigado por la legislación colombiana, como lo expone el Código Penal que tiene previsto el acoso y la persecución como delitos que deben acatar sanciones económicas desde 26 a 36 salarios mínimos y penas que privaticen de la libertad entre 2 y 7 años.


La ley primordial que debe ser empleada es el Código Penal que acapara al hostigamiento, lesiones personales y violencia física y psicológica como actos que sancionarán instantáneamente a personas que comentan este prototipo de contravenciones. Son ineficientes las estrategias que se están implementado para expirar la violencia contra enfermeros residentes de Tunjuelito, “continúa un panorama desolador en los barrios más afectados por esta crisis: Fátima, Villa Ximena y Santa Lucía.”, así lo manifiesta Benavides.

Es presentado por lo menos 1 caso de acoso semanal ante la Policía, por esta razón las medidas adoptadas por la Alcaldía han sido ocultar el perfil de estos empleados suprimiendo el uso del uniforme en las vías públicas y evitando el empleo del transporte público. Estrategias impertinentes y pocas para tratar la situación, según la abogada.


Benavides infiere que lo que se tiene que proveer es la vida, conclusión apoyada por Fabián Valle, añadiendo que se deben empezar a conducir nuevas tácticas que promuevan la concientización hacia los ciudadanos, planteando así, en primer lugar, campañas de reconocimiento hacia el trabajo del personal médico junto a pedagogías que permitan a todos los colombianos comprender qué penalidad se podría interponer a quienes promuevan la violencia y, en segundo lugar, generar un proyecto de acompañamiento mucho más masivo hacia las víctimas por parte de los entes de control y mecanismos de seguridad como la Policía y el Ejército.


Es necesario comprender el miedo de este personal al poner altamente sus vidas en riesgo. A pesar de combatir minuciosamente el miedo hacia las muertes en hospitales por el coronavirus, se suma a esta preocupación el temor de enfrentar ahora las vías públicas, la inseguridad: una amenaza que aniquila su tranquilidad y la de sus familias.


Es así como el equipo clínico afirma que su esfuerzo por cumplir con su ética laboral no es apoyado satisfactoriamente por el Gobierno y las empresas privadas, así lo manifiesta Edgar Alexander Castro, jefe de enfermería de Soluciones en enfermería clínica – Solecc.

A pesar de la incertidumbre y temor que vive a diario el personal médico, ellos afirman que lo hacen por cumplir con pasión el juramento hipocrático una vez más. No son riesgos nuevos los que desafían, “las enfermedades han existido y seguirán viajando en la sociedad” así lo afirma Castro. Aunque la mayoría de población reconoce la ardua labor de los profesionales de la salud, muchos ciudadanos actúan de modo desenfrenado atacando la integridad física y emocional de cientos de empleados del sector que dejan consecuencias psicológicas, incapacidades físicas y otros traumas en las victimas. “La inseguridad en este punto se ha convertido en intimidación hacia todos los médicos que diariamente se trasladan hacia sus trabajos y viviendas, son casos que salen de cordura a causa del miedo que persiste por contagiarse de coronavirus”, concluye Castro.

| Nota del editor *

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