El sistema federal le concede autonomía política y económica a los estados que componen el país, mientras que el sistema centralista concentra todas las decisiones al gobierno central, de allí el polémico debate histórico que se ha presentado en Colombia desde 1812.
Aunque la Guerra Civil colombiana de 1812 fue el precedente más violento de esta lucha por el modelo de gobierno nacional, las disputas continuaron a nivel político en los años siguientes; sin embargo, en el año 1863, el gobierno promulgó la Constitución de Rionegro, con la cual se le permitió la liberalización económica a los estados.
Hasta que en 1886 el Partido Conservador liderado por Rafael Nuñez gana la guerra y se proclama una nueva constitución centralista que abolió a los Estados Unidos de Colombia y se removieron las libertades que habían obtenido los estados, convirtiendo al país en la República de Colombia.
Desde 2018, Carlos Caicedo, mandatario departamental propuso la implementación de esta doctrina para generar autonomía y un manejo equitativo de los recursos en las diferentes regiones del país, pero para lograrlo se requiere de una reforma constitucional que modifique todo el Estado.
“Los recursos de la nación no les pertenecen a las élites centralistas o regionales, son de la comunidad. Nuestra lucha es por los derechos de las personas de todas las regiones: ¡Somos la mayoría del país!”, afirmó Caicedo.
La propuesta ha sido aceptada por una parte de los congresistas, pero detractores como Clara Luz Roldán, gobernadora del deoartamento del Valle, consideran que no es posible acoger un modelo federal por la situación del país pero “sí debemos avanzar hacia un modelo de independencia financiera de los regiones, para que recursos se reinventan en los territorios”.
Por otra parte, algunos opositores del proyecto como Sergio Marín, representante del partido FARC, creen que la iniciativa de Caicedo distrae al Congreso de los verdaderos asuntos a discutir en el debate por una nueva legislatura que posiblemente contribuya a los procesos de corrupción nacional.
“A las ratas corruptas les importa un bledo si Colombia es centralista, federalista, semipresidencial, parlamentario, una monarquía o una dictadura mientras se puedan robar todo”, afirmó Marín.
Anteriormente, los partidos tradicionales se oponían a esta propuesta porque consideraban que los departamentos no estaban listos para asumir la responsabilidad de gestionar sus propios recursos, tal como lo afirmó Alberto Maldonado en el año 2013.
“¿Para qué tienen el federalismo algunos sectores?, pues para tener un mayor control. Entonces, un excesivo regionalismo podría ser un mecanismo para darle poder a fuerzas retardarias, ese es un riesgo que se corre”, afirmó Maldonado.
Durante la pandemia del Covid-19, las brechas sociales y económicas se hicieron más evidentes, por lo que 117 años después, la propuesta es aceptada por varios partidos políticos, que al igual que Caicedo, consideran de vital importancia que las regiones se autogestionen para que no dependan de las decisiones tomadas por políticos que ni siquiera conocen las problemáticas de los territorios.