Escucha nuestras emisoras: 🔊 AUDIO EN VIVO |

Escucha nuestras emisoras: 🔈 BOGOTÁ 1430 AM | 🔈 CUNDINAMARCA 1580 AM | 🔈 TOLIMA 870 AM | 🔈 BELLO | 🔈 SOLO MÚSICA

[Crítica] Adiós al amigo: Western atractivo con alma e historia colombianas

Antes de este largometraje, fue una miniserie para televisión estrenada en 2019. Posteriormente fue montada para mostrarse en la gran pantalla, para lo cual escondió los cortes para ese tipo de narrativa y formato.

Interesante que el cine colombiano crece y toma riesgos en sus narrativas y en las formas como presenta estas historias desde géneros poco abordados en el país como el Western, estilo de películas marcadas por grandes directores como los maestros John Ford, Sergio Leone, Clint Eastwood, o la figura internacional desde lo clásico del cowboy con el actor estadounidense John Wayne.

- Patrocinado -

Más allá de clásicos del género como La Trilogía del Dolar (1962 -1966), La Conquista del Oeste (1962), o Dos Hombres y un destino (1969), entre otras influencias, el director colombiano Iván David Gaona entrega un Western de 1 hora y 58 minutos de gran calidad, con guiños a la película filmada en Colombia Canaguaro (1981) dirigida por el cineasta chileno Dunav Kuzmanich con la colaboración de Pepe Sánchez, que relata la época de La Violencia en los Llanos Orientales; o de la gran ¡Qué viva México! (1932). Gaona, en mi opinión, para el cine local, mejora el concepto desde la imagen, los personajes y la narrativa con Adiós al amigo. 

Antes de este largometraje, fue una miniserie para televisión estrenada en 2019. Posteriormente fue montada para mostrarse en la gran pantalla, para lo cual escondió los cortes para ese tipo de narrativa y formato. Adiós al amigo se siente vibrante, con una destacada labor técnica, que en cada frame muestra una constante belleza y una imagen atractiva, gracias a las tierras santandereanas de El Cañón del Chicamocha.

Ambientada en 1902, durante los últimos días de la Guerra de los Mil Días, Adiós al amigo no se esfuerza por retratar otras cintas del Western, sino que cuenta una historia colombiana, con la mejor influencia cinematográfica. Es la historia de Alfredo Duarte Amado (Willington Gordillo), soldado revolucionario que, tras recibir un telegrama con la noticia del embarazo de la esposa de su hermano, decide emprender un viaje para encontrarlo.

En el camino lo acompaña el retratista Benito Pardo (Cristian Hernández) que busca al asesino de su padre. Juntos cruzan un país marcado por la violencia y el abandono, donde campesinos, fantasmas y silencios revelan una historia nacional aún por sanar, con mensajes potentes sobre cómo la violencia deforma la humanidad de las personas y las convierte en herramientas de venganza, pensamiento que se incrusta profundamente en la sociedad, de tal manera que cree que es parte de su naturaleza.

Adiós al amigo reúne varios temas alrededor de esta historia de venganza y redención, típica del Western, con personajes como Lucía (Marina Olarte), que involucran la idiosincrasia colombiana con la magia y secretismo de las regiones, y una crítica social a las clases sociales con El Conde de Cuchicute (Salvador Bridges), o el imponente general Rafael Uribe Uribe (Suetonio Hernández), y del pueblo indígena y las negritudes con Julio Valencia.

De los aspectos para resaltar es que Gaona supo enmarcar a cada personaje, gracias a la dirección de fotografía de Andrés Hernández, que destaca por su belleza y aplicadas atmósferas del género cinematográfico, que le suma a una historia que intriga, que motiva su buen ritmo, olvidando que fue una miniserie, adentrándose en las llanuras y los conflictos de sus personajes que se entrelazan, para darle un final con un nivel de tensión bien mantenido por parte de sus actores profesionales y naturales, que le imprimen una especie de identidad desde el territorio, que les confieren una atractiva estética a las imágenes.

Adiós al amigo consolida esas ideas de la memoria y el tiempo, desde el recurso del retrato que elabora Benito, que tanto bien le hace a la historia, que se convierte en lo que por momentos aligera la trama sin cortarla, con humor y con los característicos primeros planos de este tipo de cine, que exigen expresión actoral con los ojos, que gracias al buen diseño de vestuario de Diana Oliva y al montaje de Juan Carlos Sánchez y Andrés Porras, impulsan la película con la música original de Edson Velandia, para mí otro de los destacables aspectos, que también aparece en la película impulsando a cada plano.  

Adiós al amigo es sólida, compacta en su realización, con actuaciones de gran nivel, con un montaje destacable y con una fotografía bellísima que engalana su narrativa y sus personajes, sumado al acertado y bien llevado recurso de la cámara lenta, lamentablemente poco utilizado en el cine colombiano, que aquí logra su intención y afecta positivamente la tensión de las secuencias donde aparece.

Iván David Gaona logró una buen Western colombiana que demuestra que las locaciones en el país son envidiables y pueden contar muchas historias desde sus legados culturales y sociales, interesantes y atractivas para lograr que una audiencia que estereotipa el cine nacional, se dé la oportunidad de una buena sorpresa y salga de la sala con cuestionamientos sobre la construcción social y política de Colombia, y que de cada individuo depende cambiar lo que hace décadas se tiene por el imaginario de ser colombiano. Juzguen ustedes.

| Nota del editor *

Si usted tiene algo para decir sobre esta publicación, escriba un correo a: jorge.perez@uniminuto.edu

Otros contenidos

Contenidos populares