El cine nacional gracias a su riqueza cultural ha encontrado diferentes maneras de mirarse a sí mismo, bajo la mirada de directoras y directores que se involucran de lleno con las costumbres y el misticismo que rodea los territorios llenos de historias que se quedan en sus habitantes, entre las generaciones que los habitan.
Películas colombianas recientes que hablan sobre lo sobrenatural en la cultura, y cómo en las regiones es más importante que en los centros urbanos, porque hace parte integral de su cotidianidad, como lo retratan películas como: Yo vi tres luces negras (2024), Rapunzel, el perro y el brujo (2023), Memento Mori (2023), o Tantas almas (2019) entre otras.

El director David Aguilera Cogollo presenta su ópera prima, Positivo Negativo, un documental lleno de riqueza visual aguda, gracias a bellos planos fijos que cuentan historias por medio de este recurso, una narrativa tan llamativa como contemplativa. Realizado en las Sabanas de Córdoba, Valle del Sinú, un relato a los misterios de la vida a través del protagonista, Ángel, un hombre cuyos poderes sobrenaturales están fuera de control, que le propone al espectador una mirada desde un punto de vista, como si de un estudio antropológico se tratara sobre esta región y sus secretos.

Según su director en las notas de producción: “Es importante que la gente del Caribe se represente a sí misma”, así que cuando Ángel le propuso “hacer una película sobre el descontrol de sus capacidades sobrenaturales, vio la oportunidad perfecta para hacer memoria sobre los secretos y conocimientos de una zona rural que, aunque sigue existiendo, desaparecen a medida que pasa el tiempo”.
El personaje de Ángel no siempre estuvo disponible para contar su historia ante la cámara, por lo que el director y el productor Samuel Moreno Álvarez decidieron alejarse del guion escrito, desde el que generalmente parte un filme, y dar paso a otras fuentes de inspiración como los colores y sonidos del territorio.

“Dilatamos eso de contar una historia, lo llevamos a la más mínima expresión y nos concentramos en la experiencia visual y sonora que podría ser nuestra película. En este documental no intentamos mostrar la realidad, no tal cual como se ve y se oye, si no como la sentimos. Inclusive, puede ser la realidad desde la perspectiva de un poeta o una persona que es asediada por los espíritus del monte”, comenta Samuel Moreno Álvarez, productor.

Positivo Negativo logra que el espectador se sumerja en este territorio al lado del Río Sinú, con muy poco diálogo, pero con una producción sonora notable e hipnótica, donde celebro que no se incluya narrador ni voz en off, excepto la narración cruda que Ángel hace frente a cámara de Conjuro de Raúl Gómez Jattin, poeta de Cereté, Córdoba, que escribió sobre la realidad cruda de la zona y de quien el protagonista toma prestadas sus palabras para decir “Los habitantes de mi aldea dicen que soy un hombre despreciable y peligroso. Y no andan muy equivocados”.

Este encuentro con la otra magia del territorio que Cogollo propone en Positivo Negativo está asociado al interés del director de contar las historias que conoce, y al gusto de perpetuar, gracias al archivo audiovisual, parte de la cultura, los relatos, los personajes y los paisajes que el pasar del tiempo y las situaciones socioculturales van borrando.
Positivo Negativo es un documental que gracias a saber transmitir en la imagen la sensibilidad de esta región de Colombia, hace posible un encuentro con las tradiciones y la cosmovisión tan rica en matices y diversidad cultural del país, así se sienta lejana para muchas personas, pero que, gracias a trabajos como estos, es capaz de visibilizarse con seriedad y calidad.