Putin sin duda, es uno de los personajes más relevantes del mundo en la actualidad, y sea cual sea su línea política o ideológica, que se haga una película sobre una persona en específico y el título se remita por completo a su apellido, ya es un mensaje claro alrededor de la idea de mostrarle al mundo un personaje con un peso político importante.
Una película polaca en idioma inglés sobre Vladimir Putin que continúa ofreciendo datos sobre su realización, en la que el presidente ruso es retratado con efectos especiales de inteligencia artificial para superponerle su rostro real al actor polaco Sławomir Sobala, que se dice tardó dos años dominando los gestos y el lenguaje corporal de Putin.

La película, dirigida por el cineasta polaco Patryk Vega, más conocido por sus películas sobre el submundo criminal, retrata a un Putin traumado, con falencias emocionales sembradas desde su niñez, que dan cuenta del perfil de un personaje maligno y esquizofrénico, al mejor estilo de un villano, pero sin la elegancia y el carácter de biopics sobresalientes como El aprendiz (2024).

El director había planeado inicialmente hacer una película sobre gánsteres rusos, pero, después de la invasión a Ucrania en 2022, decidió centrarse en “el gánster más grande de Rusia”, Putin, dijo al periódico Gazeta Wyborcza.

La supuesta biografía de Putin tiene serios problemas de continuidad en lo que parece ser un sueño esquizofrénico de poder, en una trama que intenta mostrar una estrategia política por medio de personajes que simbolizan la muerte y el mal, transmitidos por el protagonista, para alcanzar el poder absoluto de una Rusia contemporánea que luego de la Perestroika, inició la construcción de una nación moderna.

Putin es la primera película en inglés de Vega, con una producción de 15 millones de dólares, y con el uso de la IA como principal herramienta que abre, una vez más el debate sobre su uso, que en esta ocasión produce un producto panfletista, corrosivamente político, que antes de mostrar como un villano es un peligro para su nación y para el mundo, cuando muchos son los villanos que dicen hablar por los habitantes de un país, patrocinando o liderando genocidios, censurando ideas, y erradicando nacionalidades diferentes a las “locales” de sus territorios.
Una película sin estilo, sin rumbo, una propaganda política, disfrazada de cine y sin intención crítica. Juzguen ustedes.