Por: Daniel Rojas Chía
Luego de que se estrenará en el 2018 una cinta de animación a la cual no se le estaba dando mucho crédito y un mediano interés llamada Spider-Man: Into the Spider-Verse donde en un universo paralelo donde Peter Parker ha muerto, y se reconfiguran varios conceptos sobre Spiderman y se logra una de las primeras películas donde la idea de “multiverso” se desarrolla de muy buena manera, llega luego de cinco años la segunda parte de esta animación multiversal llena de técnicas gráficas, una historia deslumbrante y un desarrollo que marca de ya, referencias para otras producciones como lo hizo la primera entrega.
Spider-Man: Into the Spider-Verse se estrena logrando algo poco común, ser mejor que su antecesora y seguir construyendo un universo alrededor de un superhéroe tan rico y lleno de tantos matices como su calidad.
La historia se conecta de inmediato con la primera entrega y tras reencontrarse con Gwen Stacy, el vecindario de Spider-Man en Brooklyn es catapultado a través del Multiverso, donde se encuentra con un equipo de Spidermans encargados de proteger su propia existencia, pero cuando los héroes se enfrentan sobre cómo manejar una nueva amenaza que va cambiando con una motivación clara, Miles se encuentra enfrentado a los otros héroes araña y debe redefinir lo que significa ser un héroe para poder salvar a la gente que más quiere.
Las cualidades de esta película van creciendo como su narrativa, sus personajes, sus motivaciones y un villano que sin estar tan presente crece de manera inteligente para alimentar continuamente lo que viene luego para consolida su importancia al final de la película y dejar el espectador con ganas de más, sin entrar en esas desesperadas continuaciones que en ocasiones Marvel señala en sus películas.
Milles desde la primera entrega logró convencer con creces desde su personaje, pero en esta entrega los desarrollos y las profundidades de los arcos narrativos son interesante de por sí, retomando personajes que se siguen alimentando de la historia sin dejarlos solo como herramientas decorativas y logrando que la trama se nutra repetidamente.
La explosión de imágenes, colores y técnicas de animación puede que para unas personas pueda ser excesivo, personalmente para mí, no lo fue. Es más, la riqueza argumentativa de la cinta es directamente proporcional con la experiencia que construye esta película y logra entregar más que entretenimiento en sus dos horas y diez y seis minutos de duración, logra construir dinámicas frescas, seguir nutriendo el complejo concepto de multiverso y ofrecer a Marvel un respiro de su repetitiva temática desgastada que ya está afectando sus cuentas.
Es importante señalar que es bastante difícil tener tantos personajes en una sola película y además de esta nutrida y rica presentación de tantos hombres araña que traen la historia del cómic en sus diferentes estilos y épocas, encontramos cameos interesantes y “guiños” para los más fans de este superhéroe que se consolida sin duda, en una de las piezas más importantes del cine contemporáneo con esta joya dirigida por Joaquim Dos Santos, Kemp Powers, Justin Thompson y con un guión lleno de humor, tragedia y emoción que hacen de esta película una experiencia maravillosa.
No se la pierda en cines, vale muchísimo la pena y si puede, disfrútela en inglés. Una película que le da nuevos aires a este desgastado mundo de los super héroes pero que revitaliza solo a uno de los super héroes más queridos. Larga vida con esta calidad a Spiderman y que no olviden los ejecutivos de Marvel, que menos, es más.