Por: Daniel Rojas Chía
En 2007 el director y productor de cine Michael Bay lanzó a las salas de cine del mundo la primera entrega de Transformers, una franquicia que tiene juguetes, series animadas, películas y cómics, cuyos derechos son de las empresas de juguetes Hasbro y Takara Tomy, otra empresa japonesa. La historia de estos personajes se basa en dos bandos de robots, los Autobots y los Decepticons, que provienen del planeta Cybertron. La intención de denominarlos Transformer se deriva de la capacidad de estos robots para adquirir formas alternativas en vehículos y animales, desde donde esta entrega toma forma.
Transformers: el despertar de las bestias en su séptima entrega tiene un mayor parecido con la serie animada de Hasbro, en la que se basó otra serie desarrollada en animación por computadora emitida por el canal HBO Ole de ese momento para América latina a finales de los 90 ‘s.
Para esta entrega, el director norteamericano Steven Caple Jr., explora el conocido universo desde la dimensión de sus detalles más reconocibles con base en las anteriores películas. En especial, al explorar el contexto que rodea a los Autobots y Decepticons.
Esta cinta es precuela de la saga Transformers que ubica al espectador en 1994 donde Noah Diaz (Anthony Ramos) busca mejorar las condiciones de su hermano Kris Diaz (Dean Vazquez), que mientras en un hecho desesperado por conseguir dinero intenta robar un auto, se encuentra a unos robots extraterrestres conocidos como Autobots, que se ocultan en la Tierra transformados en coches y otros automóviles. La película se desarrolla en Nueva York, lugar en el que está ocurriendo una batalla entre el equipo liderado por Optimus Prime y sus nuevos aliados los Maximals contra el ejército de Unicron (el devorador de planetas), al mando del letal Scourge.
La guerra viene motivada porque el hambriento villano Unicron quiere hacerse con una llave interdimensional que poseen los Maximals y han ocultado en la Tierra. Tras las primeras batallas, los protagonistas se trasladarán a Perú, donde se encuentran los pocos supervivientes del genocidio de los Maximals. El país suramericano será testigo de una batalla decisiva para el destino del universo.
La cinta continúa apostándole a las batallas entre estos bandos con la Tierra como escenario, Sin embargo, Transformers: El despertar de las bestias recorre la mitología original haciéndola más interesante a fin de que los nuevos espectadores puedan introducirse en el mundo de Transformers sin tener la necesidad de ver todas las entregas anteriores. La trama implica una conexión con el pasado del planeta tierra y su relación primitiva con los alienígenas, un punto de vista semejante al de la serie de dibujos animados que se popularizó a mediados de 1980.
Durante sus primeros minutos, la película rinde un disimulado homenaje al original mediante ciertas referencias. Es interesante ver cómo todas las franquicias del cine, últimamente se volcaron al público latino, con protagonistas originarios en esta parte del mundo y con escenarios en Perú, donde se filmaron las secuencias de acción de estos gigantes robóticos.
La película ofrece lo que la franquicia siempre ha dado: batallas, persecuciones y conflictos robóticos frente a la confianza con los seres humanos. En mi opinión, de todas las batallas que intentan ser épicas, ninguna lo logra, y aunque los efectos especiales son mejores que en las entregas anteriores, los personajes en ocasiones carecen de personalidad propia y alma, orbitando en el fanservice y en las estrategias corporativas de querer relanzar dos franquicias al mismo tiempo.
Esta nueva película de la saga Transformers no trasciende, aunque entrega más de dos horas de entretenimiento gaseoso para quien lo busca al ritmo de Optimus Prime, los personajes que ya el público conoce y los nuevos que están inspirados en animales. Si es seguidor de la saga desde su principio, seguro la disfrutará.