Resistencia es una muestra que desde hace unos años la inteligencia artificial (IA) ha venido en auge por una serie de herramientas que se instalan cada vez más en la cotidianidad, y por supuesto, en el cine. En plena pandemia, Mike Rianda, director nacido en los Estados Unidos entregó una joya llamada Los Mitchells vs. Las máquinas (2021) que abordaba este tema en particular.
El director británico Gareth Edwards, luego de dirigir una de las mejores películas de la franquicia Star Wars con Disney como Rogue One (2016), regresa para darle un nuevo aire al género con Resistencia, o The Creator, su llamativo nombre original.
Protagonizada por David Washington (Joshua), que ha demostrado un buen desarrollo de personajes en ciencia ficción como en Tenet (2020), regresa a un mundo donde América libra una guerra sin cuartel contra la IA.
Joshua, un experimentado exagente de las Fuerzas Especiales sufre por la desaparición de su esposa Chan (Gemma Chan), que es reclutado para cazar y matar al Creador, el arquitecto de una IA avanzada que ha desarrollado un arma misteriosa con el poder de ponerle fin a la guerra, e incluso a la humanidad.
Joshua y su equipo de agentes viajan a través de las líneas enemigas hasta el corazón del territorio ocupado por la IA. Al llegar descubren que el arma que acabará con el mundo y que les han ordenado destruir es una IA que ha adoptado la forma de una niña.
Los amantes del género se pueden deleitar con numerosas referencias que aluden desde Blade Runner (1982), Alíen: El regreso (1986) pasando por Akira (1988), Inteligencia Artificial (2001), hasta Elysium (2013) entre otras.
Resistencia no es una película innovadora u original, aunque este largometraje de dos horas y quince minutos de duración logra darle algo de frescura al género, que estaba cayendo en repeticiones desgastantes, que, gracias a su narrativa, a sus personajes clásicos, a sus impresionantes e impecables efectos especiales y a una musicalización más que adecuada del maestro Hans Zimmer, logra equilibrar un drama en un mundo no tan lejano que impacta y renueva el interés de las audiencias.
Imágenes elaboradas e impactantes conducen al espectador por caminos conocidos, pero que identifican los temores que la humanidad le atribuye a la IA cuando recrea caos y enfrentamientos que desatan guerras.
Uno de los aspectos de mayor impacto de la cinta, es como muestra el nacimiento de la conciencia de una entidad que a cada segundo aprende millones de cosas.
Una visión humana en un escenario como este, haciendo gala de su crueldad y temor a lo desconocido, cuando una máquina intenta ser más humana que cualquiera que respire. Una cinta llena de cuestionamientos sobre la humanidad y su sentido interior que cada vez parece desaparecer.
Sin duda una de mis películas favoritas del año y una segura candidata para, por lo menos tres categorías técnicas en la próxima entrega de los premios Oscar de la Academia. Juzguen ustedes.
