La industria de la moda tiene grandes consecuencias en la mano de obra en las fabricas y el medio ambiente. Un artículo del diario BBC publicado este año en el mes de marzo, informa las cuentas de cobro que acarrean la moda rápida y el consumo desbocado. Ángela Herrera, estudiante de ciencias políticas de la Universidad Nacional de Colombia y embajadora del país ante la Organización Internacional Fashion Revolution, habló en UNIMINUTO Radio sobre el impacto de la industria textil en el mundo.
Elementos como el algodón, poliéster, tencel y hasta algodón orgánico, se convierten en componentes que no son sostenibles para el medio ambiente. Según el análisis del medio británico, el algodón consume el 24% de todos los insecticidas y el 11% de los pesticidas en el mundo, afectando seriamente el desarrollo de la tierra y el agua. Respecto al poliéster, al año se utilizan más de 70 millones de petróleo para producirla y dura más de 200 años en descomponerse. “En la actualidad la industria textil es bastante dañina para el mundo y se tiene que empezar a pensar en alternativas, de lo contrario vamos a terminar acabando con el medio ambiente”, resaltó Herrera.
En los últimos tiempos se ha empezado a ejercer la moda rápida, un ejercicio dañino para el medio ambiente que consiste en usar las prendas por pocos lapsos de tiempo, produciendo una gran cantidad de emisiones de carbono que acaban con el ambiente. Según Herrera, “escoger bien y comprar poco. Eso nos garantiza tener prendas de muy buena calidad que pueden durar durante mucho tiempo. La moda rápida ocasiona que lleguen a países de África toneladas de ropa a las que no se le pueden dar un buen uso por la cantidad”.
La moda no solo tiene impacto en el medio ambiente, pues en temas de mano de obra, la producción genera muchas ganancias para los multimillonarios, pero malos salarios para los obreros que producen las prendas. Todo se trata de construir un espacio de conciencia en el consumidor como lo enuncia en la entrevista Ángela, pues al fin y al cabo el cambio está en las manos de quienes van a las tiendas y compran su vestimenta.