Por: Daniel Rojas Chía
Desde hace varios años el género del cine fantástico no había tenido algo que pudiera mostrar una historia entretenida o en algo épica para poder lograr así sea un poco de lo logrado con el estreno de la ‘Comunidad del anillo’ (2001) la primera cinta que hace parte de la trilogía del ‘señor de los anillos’ escrita por J. R. R. Tolkien y llevada al cine por el director nacido en Nueva Zelanda, Peter Jackson.
El famoso juego de rol ‘Dungeons & Dragons’ ya había tenido la oportunidad de ser llevado al cine con la película estrenada en el año 2000 protagonizada por Jeremy Irons y una aún menos afortunada secuela en el 2005 llamada: Dungeons & Dragons: Wrath of the Dragon God, la cual es sorprendentemente desconocida.
En esta ocasión Paramount Pictures se tomó la tarea de volver a intentarlo y tomar el riesgo de producir una película basada en el exitoso y popular juego. En esta oportunidad la franquicia se quiere reiniciar con Chris Pine, Michelle Rodriguez, Sophia Lillis, Justice Smith y Hugh Grant con una aventura que va mostrando más de lo que parece en un principio.
Personaje que sin apartarse de las particularidades del juego, no caen de manera ridícula en los clichés y además, no obligan a una audiencia poco familiarizada a este tipo de juegos a estar pendientes de ciertos detalles y le dan una oportunidad a todo el público de poder disfrutar de la aventura.
Es de esperar que cada personaje promueva una habilidad, pero de la manera en que se desembuelve la trama es entretenida con un buen villano como Forge Fitzwilliam (Hugh Grant) que lleno de ironia y humor negro logra no cansar ni ser repetitivo, dando un empuje suficiente en cada pararición. Por otro lado, su protagonista Chris Pine con su personaje Edgin Darvis no desentona y con buen humor y cierto encanto, logra sacar la trama adelante con las buenas ocurrencias de una Holga Kilgore (Michelle Rodriguez) una guerrera de lo más graciosa y en mi opinión, uno de los mejores personajes secundarios que he visto en el cine de este género.

En el cine fantástico es obligatorio la presencia de la magia y en esta ocasión el personaje Simon Aumar (Justice Smith) le hace honor con un personaje que se va desarrollando de buena manera acompañado de su gusto por Doric (Sophia Lillis). Juntos desarrollan subtramas emocionantes que ayudan a darle un buen ritmo a la película.