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En territorio de páramo, el agua es insuficiente: la paradójica historia de los habitantes de Chapinero rural

La zona rural de Chapinero, es un territorio rico en vegetación, diversidad de fauna y flora, y sobre todo es un territorio productor de agua gracias al páramo Las Moyas que lo rodea. Sin embargo, los habitantes de la UPZ San Isidro, viven una paradoja, pese a estar ubicados en un territorio productor de agua, su mayor problemática es la insuficiencia de agua potable para sus familias.

Por: María Fernanda Castillo y Ivania Alejandra Aroca

Datéate

San Luis, La Sureña, San Isidro I y II son barrios situados en la zona rural de Chapinero, ubicados en los Cerros Nororientales de la capital, limita por el norte con el municipio de La Calera; por el oriente con el municipio de Chacachi el páramo de Cruz Verde, y por el sur con el Río del Arzobispo y la vereda del Verjón de la localidad de Santa Fe. Su población según cifras del DANE está catalogada en sectores socioeconómicos 1 y 2.

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Por más de 40 años, los habitantes de estos barrios, luchan para acceder al agua potable, derecho que les está vulnerando el Estado colombiano. Esto como consecuencia de la declaración de la reserva forestal de la zona rural de Chapinero, mediante el decreto 887 de 1976, según su artículo 7 “mientras la reserva esté vigente, los bienes afectados quedarán excluidos de concesión o autorización de uso a particulares”.

Así, los barrios San Luis, La Sureña, San Isidro I y II pasaron a ser considerados asentamientos ilegales, perdiendo el derecho al suministro de servicios públicos e inversión estatal de la noche a la mañana, según el artículo 99 de la Ley 812 de 2003 “prohibición de invertir recursos públicos en invasiones, loteos y edificaciones ilegales. Queda absolutamente prohibida la inversión de recursos públicos en asentamientos originados en invasiones o loteos ilegales realizados con posterioridad a la vigencia de la presente ley. De la misma manera, las entidades prestadoras de servicios públicos se abstendrán de suministrarlos a las edificaciones que se ejecuten en estas condiciones”.

Pero esto no fue un motivo para que los habitantes de esta zona se desanimaran, por el contrario, la misma comunidad se unió y empezaron acciones para abastecerse de agua potable con el acueducto comunitario de San Luis.

Según la gestora social actual de ACUALCOS, Tivisay Hernández: “Los habitantes en general fueron los que construyeron, hicieron la chamba y pusieron los primeros tubos, los que fueron y buscaron el punto de agua; las juntas de acción comunal que hicieron bazares, bueno varias actividades culturales para poder recoger dinero e ir puliendo poco a poco lo que fue la construcción del acueducto”.

Fotografía tomada de la página de Facebook, ACUALCOS ESP

Seguido a esto, la comunidad se contactó con la CAR y el Instituto para la Economía Social (IPES), para solicitar la concesión para el proyecto del acueducto comunitario, en ese proceso se hicieron los estatutos, se generó todo el proceso colectivo de construcción de una empresa constituida. Acualcos está legislativamente constituido como asociación, la cual aprobaron para que se iniciara la construcción y su respectiva adecuación.

De este modo, surgió ACUALCOS con personería jurídica Nº 00242 del 4 de abril de 1991 otorgada por el Ministerio de Agricultura.

Fotografía tomada por: Maria Fernanda Castillo

Acualcos inició con una concesión de 2.400 puntos de agua, con lo que abastece a una comunidad de 7.000 personas. Pero, para el año 2021, tiene problemas con el cubrimiento de agua por el aumento de la población, ahora tendría que abastecer a 23.000 personas, el triple de su capacidad, por tal motivo la concesión del punto principal de agua ya no es suficiente.

“El problema es que, primero, la CAR ahorita está muy enajenada del proceso, y segundo, la población se disparó, en ese momento habían 300 familias que no son más de 1.500 personas, ahorita tenemos 23.000 personas y el acueducto tiene capacidad para 7.000. Es muy duro porque nos toca distribuir 24 horas, todos los días y no alcanza el agua, pues la concesión no da para más”, afirma, Tivisay Hernández.

La concesión con la que cuenta ACUALCOS, sólo les permite suministrar apenas a un 36.9% de la población actual. El porcentaje restante ha optado por trancar el agua proveniente del páramo en un pozo pequeño, donde cada familia tiene una manguera casera, extendida desde el pozo hasta su vivienda, lo que permite que llegue el agua para su consumo.

Aunque es una medida que cumple con hacer llegar el líquido hasta los hogares de los habitantes, el pozo se encuentra en condiciones precarias, puesto que, no cuenta con nada que lo proteja de la contaminación, únicamente está cercado con una reja en mallas como seguridad. Además, se encuentra rodeado de árboles que contaminan el agua cuando caen sus ramas y hojas sobre ella, también animales, como perros callejeros o vacas de la zona, se acercan en días calurosos para refrescarse y beber de los charcos que generan las mangueras cerca de este.

ACUALCOS, pese a que no recibe ningún apoyo por parte de las entidades del Estado, es vigilado y controlado por entidades como la Comisión de Regulación, la Superintendencia y la Secretaría de salud que velan por el cumplimiento de la normatividad para que el acueducto sea garante de que el servicio de agua que suministran a la comunidad, esté en óptimas condiciones para el consumo humano.

“Nosotros además tenemos nuestro laboratorio dónde tomamos las muestras de PH del agua a diario, por si se llega a presentar alguna controversia con la Secretaría de Salud, porque ellos vienen a verificar el estado del agua y toman sus muestras (…)  vienen dos veces al mes”, afirma Luis Rangel, Gerente operativo de Acualcos.

Se han organizado de tal manera que cuentan con una planilla que les permite llevar un control del agua cómo llega a la PETAR, el proceso de purificación y finalmente la toma de PH del agua que está lista para ser distribuida  a las familias del sector, registrando este procedimiento entre 2 y 3 veces al día.

Fotografía tomada por Maria Fernanda Castillo

A pesar de todo esto, con el crecimiento exponencial de la población, la toma de este pozo y sus condiciones que ponen en riesgo la salud de los habitantes, han iniciado los problemas y las disputas entre la comunidad, para lograr que todos tengan el líquido vital en sus casas.

 “Genera problemáticas de orden público, la gente se abastece a través de comercios ilegales del agua, es decir, el vecino que tiene punto oficial del acueducto, le vende el líquido a los que no, pero este la vende más cara. Entonces se generan conflictos vecinales muy frecuentes” Tivisay Hernández.

Adicionalmente, desde que ACUALCOS inició sus operaciones, el Estado y las entidades estatales han intentado cesar su operación, en algún punto se ofreció un análisis para que el acueducto de Bogotá se hiciera cargo de distribuir el agua a estos barrios, esta propuesta fue rechazada por los habitantes, ya que elevaría los costos económicos. Lo que exigen es que le brinden el apoyo a su acueducto, para que puedan garantizar la distribución del servicio a todos los habitantes y de forma permanente 24/7. 

Para esto, se han realizado incontables requerimientos, para que, en primer lugar la CAR les amplíe la concesión que tienen, debido a que los puntos no son suficientes, se busca entregar beneficiar a más familias. En segundo lugar, se ha solicitado que aumenten la toma de los cm cúbicos del agua de la fuente natural, para que así mismo logre distribuirse en un mayor porcentaje.

Estas solicitudes les han sido negadas y muchas de sus peticiones ni siquiera han tenido una respuesta. “hace unos seis años no se da un sólo punto más de agua, no podemos darle agua a nadie más” asegura, Tivisay.

  1. Solicitud de renovación concesión de fecha 27 de enero de 2017 dirigido a la CAR. (ACU 007/2017).
  2. Derecho de petición de fecha 19 de octubre de 2018 dirigido a la CAR, recibido por ésta el día 22 de octubre d 2018. (ACU 172/2018)
  3. Reiteración de petición de fecha 01 de abril de 2020 dirigida a la CAR, con anotación a mano alzada del radicado o recibido 20201115543. (ACU 052/2020).
  4. Solicitud de respuesta a la petición con radicado 20201115543. (ACU 055/2020).
  5. Fallo de tutela de fecha 20 de abril de 2020, proferida por el Juzgado 56° Civil Municipal, en primera instancia contra ACUALCOS y la CAR.
  6. Fallo de tutela de fecha 29 de Mayo de 2020, proferida por el Juzgado 07° Civil del Circuito, segunda instancia, confirma y modifica sentencia primera instancia.
  7. Recurso de reposición de fecha 24 de junio de 2020, contra Resolución DJUR No.50207100861 de 9 jun. 2020.
  8. AUTO DRBC No.577 de 02 de julio de 2020, emitido por la CAR, a través del cual abre a pruebas el recurso de reposición interpuesto por ACUALCOS.

Desde sus inicios y hoy por hoy quienes se encargan del mantenimiento, la administración y todos los procesos del acueducto, en su mayoría son los mismos habitantes de la comunidad, que con ayuda de investigaciones, búsquedas exhaustivas sobre el tratamiento del agua y demás, se han capacitado para mantenerlo con sus propios méritos.

Esta unidad y arduo trabajo en equipo, ha logrado que ACUALCOS genere un  territorio autónomo de la ciudad de Bogotá, siendo este el segundo acueducto más grande y organizado de Colombia en acueductos comunitarios.

Fotografía tomada por Maria Fernanda Castillo

Aun así, ACUALCOS actualmente está imposibilitado para cumplir con todas las necesidades de la comunidad. Razón por la cual, habitantes se encuentran cansados y exigen en su mayoría explicaciones a la entidad, soluciones inmediatas que no dependen de ellos, sino de un Estado ausente, que no se hace cargo de su responsabilidad.

Tal es el caso de ISOLINA GUTIÉRREZ RODRÍGUEZ, según un archivo de la rama judicial, interpuso una acción de tutela número 11 001 40 03 021 2020 00335 00, en contra de ACUALCOS. En el documento, la habitante considera que ha sido el acueducto comunitario,  quien le ha vulnerado sus derechos al agua, la vida, la salud, el medio ambiente y la integridad.

“Relata que, a Junio de 2020 ACUALCOS no le ha autorizado, ni comunicado, una posible autorización para la instalación de la acometida del agua a su predio, y que desde el 20 de marzo de 2020, día en que empezaron las medidas de confinamiento en Bogotá, y hasta la fecha, su hijo y ella se han visto obligados a permanecer en su vivienda sin tener disponibilidad, accesibilidad y calidad del servicio de agua potable, lo cual vulnera sus derechos fundamentales a la vida, a la integridad, a la salud, al medio ambiente y al agua potable, por no contar con este servicio.”

ACUALCOS lleva 40 años siendo ignorado y rechazado por el Estado, aun así sigue funcionando, ha ido ampliando sus instalaciones como resultado de su autogestión, alianzas estratégicas, como la Fundación Santa Fé, que en su momento hizo donaciones para la infraestructura.

Por otra parte, los cobros que realiza el acueducto a la comunidad por la prestación del servicio, son ingresos que se reinvierten en la misma organización, como por ejemplo, pagar el salario a los colaboradores que tienen, y llegar a instalar la red de alcantarillado en los barrios San Luis, La Sureña, San Isidro I y II.

“El acueducto de Bogotá  y la alcaldía Distrital, dijeron que iban a iniciar estudios de factibilidad para instalar la red de alcantarillado en la zona, querían intervenir nuestras redes (…) en eso gastaron $1.200 millones que al final no supieron justificar los gastos de ese dinero. Yo hice la red de alcantarillado y me salió como por unos $81.000.0000”, cuenta Luis Rangel, Gerente operativo.

Para seguir en pie y avanzar en proyectos con referencia a la cobertura de agua para toda su comunidad, ACUALCOS, planteó una alternativa al Acueducto de Bogotá, ya que este problema está afectando a miles de familias y necesitan con urgencia ser atendidas.

“Acueducto de Bogotá que es el acueducto más grande en la región, toman el agua de todo el municipio y los municipios aledaños, incluyendo La Calera, que es nuestro municipio vecino. Les pedimos que nos vendieran agua, para poderla distribuir a la gente y que todo mundo tenga su punto de agua”, narra  Tivisay Hernández

Una iniciativa más que se queda en el tintero, pues Acueducto de Bogotá no les vende el agua, contribuyendo a que la insuficiencia del líquido vital en esta zona, sólo trascienda el tiempo, porque ni a las entidades competentes para encontrar una solución definitiva; pese a que esta no es una situación que desconozca la alcaldía de Bogotá.

En el documento PLAN AMBIENTAL LOCAL DE CHAPINERO 2013 – 2016, está descrita la problemática de la que se ha hablado a lo largo de este reportaje.

”Los barrios ubicados en la UPZ San Isidro carecen de la totalidad en la cobertura que es suministrada por un operador privado denominado Acualcos para el servicio de acueducto, muchas de las casas carecen de servicio de alcantarillado por lo que sus vertimientos domiciliarios son depositados en los cuerpos de agua de la localidad pasando de una microcuenca a otra. Todo lo anterior debido a los conflictos de legalidad en este territorio”

ACUALCOS, lucha día a día no sólo para que las autoridades les den una solución, sino también para concientizar a su comunidad de que son una asociación, que no son una empresa privada y que al igual que ellos hacen parte del territorio donde todos convergen, no funcionan de manera autoritaria.

Por esto, una de sus más grandes apuestas es informar a la comunidad de todas las medidas, gestiones y luchas a las que se enfrentan para poder lograr una mayor concesión, debido a que la invisibilización de la situación ha generado desconocimiento por parte de los mismos habitantes de todo lo que se hace para buscar soluciones.

 “La idea es comunicar eso que nosotros venimos haciendo, pero aparte es también poner un tris de sentido social, porque nosotros somos sociales. Somos una organización comunitaria y eso no se debe perder(…) Puede que nosotros tengamos que funcionar jurídicamente como constituidos, pero eso no nos quita nuestro poder comunitario, porque nosotros somos una asociación” Tivisay.

El acueducto comunitario, trabaja por el bien de su misma comunidad, hasta dónde puede garantizar un derecho tan valioso, vital y necesario como lo es el acceso al agua. Derecho que debe garantizarse a todos los ciudadanos, pero que carece de entidades que velen y ejecuten su cumplimiento.

Se requiere que las entidades competentes contribuyan en la solución desde la inversión, para que se puedan realizar las mejoras oportunas en su infraestructura y, así, mantener en marcha la iniciativa comunitaria de ACUALCOS. La ampliación de la concesión, que le permita a ACUALCOS extraer más agua del río Teusacá y así mismo, proveer de más puntos de agua para los habitantes de los barrios: San Luis, La Sureña, San Isidro I y II.

| Nota del editor *

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