Por: Mónica Natalia Beltrán Acosta
El 79,7% de la población que vive sola afirmó no tener pareja o cónyuge (agrupando personas solteras, divorciadas, separadas y viudas), según el estudio “Soledad en Colombia, una aproximación desde las fuentes estadísticas”, realizado por el DANE en el 2020. Este dato pone de relieve la estrecha relación entre el estado civil y las dinámicas sociales de quienes viven en soledad.
Diversos estudios están abordando los efectos del estado civil y su impacto en la salud mental. Un estudio reciente, titulado “Exploring the relationship between marital quality and cognitive function: A systematic review”, realizado por la Facultad de Ciencias de la Salud Pública de la Universidad de Waterloo (Canadá), analizó los factores biopsicosociales que podrían ayudar a preservar la función cognitiva en las personas mayores, especialmente en lo que respecta a la calidad de las relaciones sociales.
La función cognitiva incluye procesos mentales clave como el pensamiento, razonamiento, aprendizaje, memoria y resolución de problemas. Estos factores son esenciales para mantener la independencia funcional y mejorar la calidad de vida en la vejez. Aunque el envejecimiento natural conlleva un cierto deterioro cognitivo, pérdidas significativas pueden ser indicativas de trastornos neurocognitivos, como la enfermedad de Alzheimer.
La revisión se llevó a cabo siguiendo las pautas PRISMA (Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses), que aseguran que los estudios sean transparentes respecto a su propósito, metodología y resultados. Para este estudio se aplicaron criterios rigurosos de selección, estrategia de búsqueda y extracción de datos, en donde la gran mayoría de estudios se realizaron en Estados Unidos.
La muestra de los estudios analizados estuvo equilibrada entre hombres y mujeres, y las variables más comunes fueron: edad, género, educación e ingresos. Los estudios midieron tanto aspectos positivos (satisfacción, confianza) como negativos (tensión, críticas) de la calidad marital.
Los hallazgos más relevantes de esta revisión incluyen que en relación con la función cognitiva global, una mayor calidad marital se asoció con un mejor funcionamiento cognitivo, especialmente en hombres. Es decir, existió una mejor calidad de vida para quienes tenían una buena relación con su pareja.
Solteros y casados: Lo que realmente marca la diferencia en la salud mental
En un estudio llamado “The effect of marital status on life expectancy: Is cohabitation as protective as marriage?” publicado por la Cambridge University Press en 2023, se analizó cómo el estado civil influye en la esperanza de vida y los costos de atención médica a largo plazo. El estudio destaca una tendencia creciente en la que muchas parejas optan por vivir juntas sin casarse, lo cual es relevante para estudiar patrones de salud, mortalidad, fuerza laboral y acceso a servicios médicos.
El estudio reveló que la esperanza de vida de las personas que conviven con un cónyuge es similar a la de los casados. Sin embargo, las personas divorciadas que cohabitan tienen una esperanza de vida significativamente más baja que aquellos que permanecen casados.
La psicóloga Diana Catalina Guerrero, especialista en clínica y con formación en psicología infantil y adolescente, en terapia para adultos y pareja, vinculada con el Bienestar Familiar, asegura que el estado civil no debería ser un factor determinante en la salud mental y emocional.
“Somos seres biopsicosociales”, explica Guerrero, y añade: “Tenemos un componente biológico, psicológico y social, en el cual debemos aprender a tener autoconocimiento, nuestras fortalezas, destrezas, cualidades, virtudes, creencias y valores, que nos lleven a cumplir nuestras metas propuestas en nuestro proyecto de vida”. Además, menciona la falsa creencia de buscar la otra mitad cuando los humanos son seres completos.
Guerrero también señala que existen estudios, especialmente en Europa, que sugieren que las personas solteras tienen una mayor propensión a sufrir depresión en comparación con las casadas. Según explica la experta, el apoyo emocional que brinda una pareja puede ayudar a las personas a establecer metas individuales y en conjunto, lo que puede reducir el estrés y prevenir situaciones traumáticas.
Las parejas- agrega Guerrero- son menos propensas a caer en comportamientos de riesgo como el alcoholismo, el tabaquismo y el sedentarismo. Además, las personas en pareja suelen tomar decisiones más asertivas y gestionar mejor los conflictos. En cambio, las personas solteras pueden sentirse más vulnerables a factores depresivos al no tener redes de apoyo emocional que les ayuden a enfrentar las dificultades de la vida. Esto puede afectar su calidad de sueño, generar irritabilidad y reducir su energía.
Existe la creencia de que las personas solteras deben encontrar su otra mitad para estar completos o tener tranquilidad, esto depende, concluye Guerrero, del autoconocimiento que se tenga de sí mismo. Pero, los momentos de soledad son espacios para comprenderse y para valorarse como persona y ser humano.
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