“No permitiremos ni ataques a los CAI (Comandos de Atención Inmediata, de la Policía), ni ataques a los establecimientos de nuestras instituciones policiales o de cualquier Fuerza Pública o cualquier entidad pública, como algunos pretenden hacerlo mañana (por este jueves)”, dijo Molano en declaraciones a la prensa.
“Todos los dispositivos están generados y preparados para mañana garantizar las manifestaciones y no permitir que exista un solo ataque a nuestros Centros de Atención Inmediata, que son la presencia del Estado en los barrios de Colombia”, agregó.
Según Molano, información de inteligencia da cuenta de la preparación de actos de vandalismo en las localidades de Suba, Kennedy y Usme, en Bogotá (centro), y en las ciudades de Cali (suroeste) y Barranquilla (norte).
Bogotá y el municipio vecino de Soacha fueron epicentro de manifestaciones violentas en las noches del 9 y 10 de septiembre de 2020 a raíz de la muerte de Ordóñez, de 45 años, por parte de dos patrulleros de la Policía, quienes le propinaron varias descargas eléctricas con una pistola tipo Taser en una calle de la capital colombiana mientras el sujeto pedía que no lo hicieran más, luego de lo cual lo trasladaron a un CAI cercano.
La acción fue grabada con teléfonos celulares por dos amigos de Ordóñez, uno de los cuales también fue llevado al CAI, donde, aseguró, el taxista fue “molido a golpes” por policías, quienes luego lo sacaron del lugar y lo trasladaron a un hospital, donde falleció poco después por las heridas.
Un informe de necropsia realizado por el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses corroboró que el taxista murió como consecuencia de golpes.
La muerte de Ordóñez derivó en sendas protestas en diferentes ciudades de Colombia, principalmente en Bogotá y el municipio vecino de Soacha en las noches del 9 y 10 de septiembre de 2020.
Durante las manifestaciones se registraron al menos trece muertos, 209 civiles fueron heridos, 53 estaciones de Policía fueron vandalizadas en Bogotá (22 de ellas incineradas), así como diez autobuses resultaron quemados y decenas de sedes bancarias terminaron destrozadas.