Por: Daniel Rojas Chía
En 1989 se estrenó la segunda parte de Los Cazafantasmas. Ambas películas fueron dirigidas por el checo Ivan Reitman y lograron un gran éxito recaudando más de 29 millones de dólares en su primer fin de semana, cuando su producción había alcanzado los 37 millones. Se convirtió con el paso de los años en una película de culto, que concentró seguidores de diferentes generaciones alrededor del mundo, que entre los trajes de cazafantasmas y la conocida imagen del fantasma encerrado en el símbolo de prohibido, logró sobrevivir luego de más de treinta años de su secuela.
Desafortunadamente la vigencia de estas películas no se prolongó de la mejor manera, ya que otras producciones que intentaron continuar con el legado de estas comedias insertas en el género de lo sobrenatural, que narraban las peripecias de un grupo de científicos con un amplio conocimiento en parapsicología y de su organización para combatir actividades paranormales en la ciudad de Nueva York, casi desaparece y con ella, su audiencia.
Esta nueva cinta dirigida por Jason Reitman es la secuela de las películas estrenadas a finales de los 80’s, siendo esta nueva entrega la continuación directa, eliminando de su línea narrativa por completo la película del 2016 con Kristen Wiig y Melissa McCarthy, una historia frágil y con grandes sinsentidos que involucra a cuatro cazafantasmas mujeres, película señalada por su pobre calidad.
Luego de varios retrasos causados por la pandemia y debido a cambios en su estrategia de lanzamiento, se estrenó Cazafantasmas: el legado.
Esta historia nos muestra una madre soltera llamada Callie (Carrie Coon) y sus dos hijos: Phoebe (McKenna Grace) y Trevor (Finn Wolfhard), este último recordado por ser uno de los personajes de la serie de Netflix Stranger things, que luego de ser desalojados se vieron obligados a mudarse a un alejado pueblo tras entrar en bancarrota. Esta familia se prepara para vivir en la casa del fallecido abuelo, pero a medida que comienzan a instalarse en su nuevo hogar, los chicos descubrirán que el hombre era uno de los legendarios Cazafantasmas.
Desde su inicio la cinta se encarga de adentrarnos en los conflictos de los personajes, ello sin perder la esencia de la historia. Con el paso de los minutos el buen guion de la película logra conectar a los espectadores que poco conocen de las dos cintas anteriores, en tanto que cautiva a quien por fin estaba esperando una película a la altura de las estrenadas en la década de los 80’s
El legado de los largometrajes anteriores es latente de diferentes formas, por la serie de situaciones que involucran a todos los personajes, logrando emociones que conmueven y emocionan al mismo tiempo. Detalles tan relevantes como la muerte de uno de sus protagonistas originales, el actor Harold Ramis, que interpretó tan icónicamente al Dr. Egon Spengler, se convirtió de manera brillante en el eje de la historia, logrando un conmovedor homenaje a su trabajo y a su personaje, que es resaltado una vez más en la dedicatoria final de la cinta.
Era de esperarse que la historia tomara referencias de las cintas anteriores. Uno de sus muchos aciertos fue la manera como se le presenta a las nuevas audiencias el personaje de Podcast Logan Kim, hasta convertirse en otra icónica referencia en la parte final de la película.
Otro detalle adecuado fue el leitmotiv, herramienta artística que se utiliza en el cine para plantear representaciones de personajes o situaciones, con la icónica música compuesta por Randy Edelman en las primeras dos entregas, combinándola con los arreglos actualizados de Rod Simonsen, que en varias escenas emocionan a la memoria
Esos detalles rodeados de melancolía que se perciben durante toda la película son de sus mayores aciertos, porque permiten una historia sólida que conecta sin dejar cabos sueltos ni demasiado imaginativos, que condensan desde su inicio una dinámica atractiva y lo suficientemente atractiva para atraer una nueva generación de espectadores.
Cazafantasmas: el legado, además de ser un homenaje al desaparecido actor Harold Ramis, también es un homenaje a toda la audiencia que supo esperar la secuela de una cinta tan recordada que marcó varias generaciones, que también les abre un camino a nuevas audiencias y a una franquicia que puede llegar a crecer de manera notable con esta nueva generación de actores que lograron captar toda la esencia de una historia que va seguir en la memoria, gracias a sus antecesores que también hicieron presencia en la pantalla grande.
Uno de los puntos fuertes de la cinta es haber reunido a las estrellas de las versiones originales como Bill Murray, Sigourney Weaver, Ernie Hudson, Dan Aykroyd y Annie Potts, esta última recordada por su personaje de secretaria Janine Melnitz.
Finalmente, y como dijo Bill Murray en la premiere de la cinta; “el filme honrará el legado del personaje Egon Spengler, interpretado por el difunto actor, escritor y director Harold Ramis. Las buenas actuaciones, las entretenidas secuencias, la buena introducción de sus personajes y el manejo de la nostalgia que invade toda la cinta, además de los guiños a sus predecesoras; hacen de Cazafantasmas: el legado, una película que disfrutan de principio a fin los que vieron antes sus primeras dos partes, y los que no las vieron. les aseguro que saldrán de la sala de cine más que satisfechos.