El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), principal entidad de preservación y construcción de memoria del conflicto de Colombia, fue expulsado de la Red Internacional de Memoria en febrero del presente año. Dicha decisión se debió a que a Rubén Darío Acevedo, director del CNMH, se le había solicitado que reconociera que el país vive desde hace muchos años un conflicto armado, conforme lo establece la Ley de Víctimas.
Ante la falta de respuesta de Acevedo, Elizabeth Silkes, directora ejecutiva de la Coalición Internacional de Sitios de Conciencia, expuso que su silencio les “da a entender que no está dispuesto a suscribir los principios de nuestra comunidad internacional y nos vemos obligados por lo tanto a no renovar la membresía del CNMH”.
Para David Felipe Nieves, historiador egresado de la Universidad del Rosario, Acevedo es “negacionista del conflicto” y su nombramiento generó que ONGs y organismos internacionales expresaran su preocupación ante dicho nombramiento, enunciando que “si vamos a negar el conflicto, de ahí para allá no vamos a reconocer ningún tipo de derechos humanos”.
Por su parte, Acevedo asegura que sí reconoce el conflicto y que simplemente no respondió a tiempo a la solicitud que le hacían. De esta forma, informó que recibió dos cartas, una de la Red Nacional de Lugares de Memoria y otra de la Red Internacional de Lugares de Memoria, “nosotros preparamos una respuesta que fue enviada a la Red Colombiana y pensamos que con esa respuesta satisfacíamos las inquietudes de la Red Mundial de lugares de Memoria”, dijo en su momento.
Nieves expone que “la pérdida de estas redes internacionales es una señal de alarma”, pues presenta a Colombia ante los organismos internacionales como un lugar en el cual no se cumplen los derechos humanos y porque “muchas organizaciones locales empiecen a retirar más documentación”, lo cual podría generar recorte de recursos internacionales.
Luego, se conoció sobre el retiro de archivos de 25 años de guerra en Colombia por parte de la Asociación Minga (ONG defensora de derechos humanos) y expuso que el nombramiento de Darío Acevedo como director del Centro Nacional de Memoria Histórica no garantizaba la participación activa y vinculante de las víctimas y organizaciones de derechos humanos, ni la objetividad en la elaboración de los informes.
Estas pérdidas traen consigo consecuencias como que no se trabajará desde el ámbito académico con el Centro de Memoria y no se logrará reparación de las víctimas, el gobierno colombiano podría ser sancionado por no cumplir con estándares básicos internacionales y que la cooperación con entidades a nivel y presupuesto internacional serán limitados.
Finalmente, para Nieves y otros analistas, existen preocupaciones respecto a la producción académica “porque el centro de memoria es el encargado de hacer la producción académica oficial del conflicto armado y si no hay conflicto armado no vamos a hacer producción académica o vamos a hacer una producción académica muy sesgada y vamos a censurar posturas que se den en otros ámbitos”.