En una época marcada por la aceleración tecnológica y la transformación digital, El Minuto de Dios reafirma su compromiso con una innovación centrada en el ser humano. Durante la II Jornada de Inteligencia Artificial, realizada en el Teatro Minuto de Dios y transmitida en vivo a múltiples territorios, más de 600 personas —entre estudiantes, docentes, directivos, aliados y comunidad en general— se reunieron para reflexionar, compartir experiencias y, sobre todo, encontrar caminos éticos y pedagógicos para aplicar la IA al servicio de quienes más lo necesitan.
El evento inició con un saludo fraterno del equipo organizador, seguido de una oración a cargo del padre Camilo Bernal, cjm, quien dedicó unas palabras a la memoria del Papa Francisco. En su intervención, el padre Camilo abordó con profundidad el contexto de la inteligencia artificial en Colombia y América Latina, recalcando que el país figura como “adoptante” de esta tecnología, por lo cual es urgente no solo utilizarla, sino apropiarla con responsabilidad y visión de futuro.
Con contundencia, el sacerdote afirmó:
“La inteligencia artificial no va a reemplazar a los humanos, pero los humanos que la usen reemplazarán a quienes no lo hagan”.
Esa frase marcó el tono del evento: no se trata de temerle a la IA, sino de formarse para usarla con sentido, con propósito y con impacto social.






Uno de los ejes más robustos de la jornada fue la presentación de experiencias educativas que ya están transformando aulas en distintos niveles de formación. Desde la educación superior hasta el trabajo con estudiantes de secundaria, la IA se está integrando a los procesos de enseñanza y aprendizaje con resultados esperanzadores.
El profesor Víctor Alfonso Torres, de la Corporación Educativa Minuto de Dios, compartió cómo logró incrementar la tasa de aprobación de sus cursos de contaduría, administración e ingeniería del 47% al 98% gracias al uso estructurado de herramientas como ChatGPT, Perplexity y Grammarly. Su estrategia no solo personalizó el aprendizaje, sino que permitió a estudiantes con bajos antecedentes académicos recuperar la confianza en sí mismos:
“Nunca me había sentido capaz en una materia de números, y gracias a la inteligencia artificial siento que no es tan difícil como pensaba”, dijo uno de sus estudiantes.
Desde la Rectoría Bogotá, Cundinamarca y Boyacá, el estudiante Óscar Fabián Nava presentó su experiencia con el Reto 28 días usando IA, una iniciativa institucional para explorar y aplicar herramientas de IA en la vida cotidiana. Óscar descubrió que aplicaciones como Canva, Poe y Perplexity no solo lo ayudaban en sus tareas, sino que le permitían ser más creativo, organizado y ético en su rol como estudiante. Reflexionó también sobre los riesgos del mal uso de la IA, haciendo un llamado a sus compañeros a utilizarla con responsabilidad.
Finalmente, el profesor Juan Felipe Gómez, desde UNIMINUTO Zipaquirá, habló sobre la IA como herramienta para enseñar programación, un lenguaje que definió como “el nuevo alfabetismo del siglo XXI”. Mostró cómo sus estudiantes usan la IA para depurar código, entender conceptos abstractos y, sobre todo, para aprender a aprender. En su modelo, los errores de la IA son parte del proceso pedagógico, no una amenaza.
Desde la emisora Minuto de Dios, Donald Puerto y Freddy Cubillos mostraron cómo han desarrollado audios evangelizadores, playlists espirituales e incluso jingles litúrgicos con herramientas de IA, ampliando el alcance de los contenidos religiosos a nuevas audiencias digitales.
El padre Óscar Angarita presentó Kardía, un asistente virtual que apoya la planeación pastoral con acceso a documentos, materiales catequéticos y formación bíblica. Kardía no pretende reemplazar al agente pastoral, sino acompañarlo en su misión de formar comunidad con pertinencia y eficiencia.
El bloque internacional trajo al escenario a figuras destacadas del mundo académico y tecnológico:
- Marco Serrato, de Arizona State University, habló sobre la integración transversal de la IA en programas educativos, destacando la colaboración con UNIMINUTO para fortalecer capacidades en América Latina.
- Paulo Cabrera, de la Fundación Cardioinfantil, relató cómo el proyecto “Corazones Gemelos” utiliza IA para apoyar intervenciones cardiacas en niños, demostrando que esta tecnología puede salvar vidas.
- Rodrigo Fábrega, del MIT Media Lab, compartió cómo en Chile se enseña programación con IA en barrios vulnerables como herramienta de inclusión, formación crítica y desarrollo de talento.
Los tres coincidieron en la necesidad de implementar una IA ética, con sentido social y de acceso universal, una visión que también orienta el trabajo de El Minuto de Dios.
Desde la Rectoría Oriente, Yeison Pachón compartió la experiencia del proyecto “Desarrollo productivo y sostenible para la agroindustria del Amazonas”, que benefició a más de 270 unidades productivas en zonas PDET. Mediante sistemas de IA, el equipo pudo categorizar necesidades, priorizar acciones y diseñar acompañamientos técnicos personalizados.
Este caso demostró que la IA no solo está en las universidades, sino también en las fincas, los cultivos y los caminos no pavimentados, donde puede ser aliada de la economía popular y comunitaria.
El bloque final presentó tres desarrollos con fuerte potencial educativo y comunicativo:
- El “Avatar de Rafael Pombo”, creado por Álvaro Gutiérrez y Carlos Felipe Gómez, utiliza IA para fomentar la lectura crítica y el gusto por la literatura en niños.
- Lesli, un asistente virtual desarrollado por UNIMINUTO Virtual, permite analizar datos académicos y apoyar la toma de decisiones educativas.
- ARQUÍMEDES, una plataforma de organización y recomendación de contenidos educativos, fue desarrollada por Jeniffer Bello y Marcos Barrera como una apuesta por la personalización del aprendizaje.
La II Jornada de Inteligencia Artificial en El Minuto de Dios no fue un encuentro técnico, sino un espacio de humanidad, misión y aprendizaje. Cada experiencia compartida demostró que la IA, lejos de ser una amenaza, puede ser una extensión del compromiso social y espiritual de quienes trabajan por transformar vidas.
Porque en El Minuto de Dios, la tecnología no se adopta para competir, sino para servir, no se aplica para excluir, sino para incluir. Y en esta casa de fe, educación y desarrollo, la IA encuentra una razón poderosa para existir: estar al servicio de los que más lo necesitan.