Por: Daniela Martínez Triviño, Miller Esteban Calderón y Juan Camilo García
Durante los 8 meses que han transcurrido desde el inicio de la pandemia que puso en jaque las costumbres de socialización, comercio y empleo, Colombia hoy en día registra más de 1 millón de casos y se ha visto afectada en los diferentes sectores de la sociedad, entre estos el sector salud que ha llegado al 89% de su capacidad total de las Unidades de Cuidados Intensivos UCI.
Por su parte, el ámbito económico también ha presentado serias afectaciones en todo los círculos sociales, dado que las micro y macroempresas tuvieron que detener sus actividades, con lo que se detectó un decrecimiento del 7.1% en dicho sector. Así mismo la tasa de desempleo ha aumentado en los últimos meses.
Información actualizada el 30 de septiembre de 2020
Afectaciones en la pandemia
A raíz de la propagación del virus, el gobierno colombiano tomó la dura decisión de establecer una cuarentena estricta, ordenando a los ciudadanos a permanecer en casa hasta nuevo aviso, claro está con algunas excepciones. Situación que fue afectando a las familias y comerciantes ya que, al adoptar esta medida, la mayoría de los locales tuvieron que cerrar sus puertas para la atención al público; puesto que era bastante riesgoso para la salud de todos que se llevara a cabo la interacción social como se estaba acostumbrado.
Esta medida afectó a los pequeños comerciantes, pues al no tener atención al público no tenían cómo sustentar los gastos de arriendo, material, insumos, etc. Solo una pequeña parte de las empresas adoptaron la medida del pago de sueldos a estos trabajadores, sin embargo, no todos corrieron con la misma suerte, ya que al no tener cómo pagar las nóminas, varias empresas, tanto micro como macro, suspendieron los contratos, dejándolos sin un sustento para sus hogares.
Cabe recordar que los salarios y las ventas se detuvieron en gran parte, pero los cobros y deudas siguieron presentes, así como lo indica Andrés Ocampo, uno de los afectados por el parón que vivió el país a raíz del aislamiento: “Fue una noticia que nos sorprendió a todos, nadie estaba preparado para esto, estábamos un día estudiando, pasándola bien, listos para continuar en unos meses con las practicas del SENA, pero de la noche a la mañana esto nos cambió los planes, como el mío que era poder acabar rápido mi estudio y salir a trabajar porque la situación, la verdad, no está para estar guardado tanto tiempo en la casa, vean la hora que no tengo empleo”. Y es que, como muchos, el señor Ocampo vio afectadas sus prácticas empresariales, dañando así el plan que tenía del desarrollo de su carrera en el programa “Mesa y bar” en el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA).
Por su lado, las personas que laboran de manera independiente, también se vieron afectadas. Casos como los de los vendedores ambulantes que hallan sustento en el diario vivir, así como personas que se dedican a desempeñar labores que no están contempladas dentro de las actividades de primera necesidad, como el caso del señor Leonardo Arturo Martínez Pineda, un entrenador canino desde hace más de 20 años, que dedica su vida al adiestramiento tanto de obediencia como para exposiciones caninas. Está situación lo llevó a suspender sus labores de manera abrupta: “Yo vivo a las afueras de Bogotá, en Cajicá, y de lunes a sábado me transporto hasta Bogotá donde realizo mi ruta o recorrido por horas en distintas zonas de la ciudad, recogiendo y sacando a los perros para realizar las clases de adiestramiento con ellos. Cuando decretaron la cuarentena y la restricción de movilidad me vi en la obligación de suspender mis actividades durante largos y duros 4 meses. Jamás me esperé tener que hacer un alto en mi labor y tuve que buscar alternativas como realizar domicilios en bicicleta en Cajicá para poder obtener dinero a diario para los gastos más básicos”.
La canasta familiar
Por otra parte, todo está situación generó pánico en las familias colombianas, llevándolas a tomar decisiones impulsadas por la emocionalidad, que han conllevado al empeoramiento de la situación del país. Diariamente se ve gente en las filas de los bancos retirando dinero con el fin de abastecer sus necesidades alimentarias y de salubridad.
Actualmente en Colombia, según reportes del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE,) existen 26 artículos de primera necesidad que todo sujeto debe tener en esta pandemia. El gobierno nacional dentro sus medidas intenta favorecer a los hogares más vulnerados con estos productos con el fin de que tengan acceso a los mismos y no pasen necesidades, además, con ayuda de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC,) se hará un seguimiento a los precios de los productos de primera mano. Entre la lista de los productos más acaparados se encuentran:
- Aceites de cocina.
- Acetaminofén.
- Amoxicilina.
- Arroz.
- Arveja.
- Azitromicina.
- Azúcar.
- Cebolla.
- Cloroquina.
- Gel desinfectante.
- Guantes.
- Hidroxicloroquina
- Huevos.
- Ibuprofeno.
- Ivermectina.
- Jabón de tocador y baño.
- Leche.
- Lopinavir
- Naproxeno.
- Naranjas.
- Quesos.
- Papa R/12 y criolla.
- Tapabocas.
Sin lugar a duda, esta situación ha enfrentado a los colombianos a experiencias y vivencias para las que no estaban preparados. Se modificaron las rutinas, actividades y prioridades que se tenían a principio de año. Y aunque de manera paulatina se han ido retomando actividades que permiten una reactivación de la economía, el virus sigue siendo una realidad latente, por lo cual, se deben seguir aplicando las medidas de autocuidado y distanciamiento para evitar rebrotes, como ya se ha visto en algunos países europeos, donde de nuevo se ha tomado la decisión de entrar en una nueva fase de cuarentena. Así mismo, la reactivación será un paso a paso que se irá escribiendo con base en como avance la crisis sanitaria en el país.