El pasado 16 de septiembre, se llevó a cabo el foro virtual Hacia una nueva movilidad en la Bogotá Región del Siglo XXI. El espacio sirvió para reflexionar desde diferentes miradas Plan de Ordenamiento Territorial (POT) propuesto por la administración distrital para la ciudad. Haga clic aquí para ver el foro completo.
Para ampliar el debate, fueron invitados Juana Afanador, de la veeduría ciudadana del metro de Bogotá; Heidy Sánchez, concejala de Bogotá y Jorge Pinzón, docente investigador de la Universidad Santo Tomás. Adicionalmente, en la moderación estuvieron Juan Camilo Vargas, quien hace parte del Foro Nacional por Colombia Capítulo Región Central y Néstor Ballesteros Puerto, director de UNIMINUTO Radio.
Vargas abrió la discusión, con una serie de datos que demuestran que el segundo problema más grande de los bogotanos es la movilidad, después de la seguridad, porque el transporte es contaminante, inseguro y promueve el transporte ilegal.
En el primer bloque del foro, se les preguntó a los invitados sobre los asuntos prioritarios que debería contemplar el POT para que Bogotá avance en la articulación de un sistema de transporte público multimodal, ecológico, seguro e incluyente tanto para las localidades de la ciudad como para los municipios aledaños.
Afanador considera que es necesario crear políticas públicas que incentiven el uso de los medios no contaminantes privados, porque es consciente de que no toda la población puede utilizar la bicicleta por factores como el estado físico, recorridos largos y seguridad. Insiste también en que la bicicleta nunca reemplazará a un sistema de transporte masivo.
Desde la veeduría prefieren que el metro sea subterráneo y no elevado, porque al construirse sobre las líneas de Transmilenio, la contaminación será mayor. Además, aseguran que el metro sólo servirá como alimentador de las estaciones de Transmilenio, y en ese sentido el metro no es una solución, sino parte de un problema que lleva tiempo en la ciudad: seguir alimentando a Transmilenio.
En cuanto a la línea de Regiotram, la vocera afirma que no es ese medio de transporte lo que necesitan las poblaciones para acercarse a Bogotá, sino un tren de cercanías para que funcione un sistema intermodal, en el que las personas tengan la opción de utilizar los medios de transporte que les guste y convenga más para llegar a su destino.
“Hasta ahora estos asuntos que deberían ser prioritarios en la concepción, no sólo de ciudad sino de territorio, son preguntas que todavía están quedando al aire y que son muy preocupantes dentro de un plan de desarrollo”, afirmó Afanador.
Posteriormente, Sánchez habló sobre la principal inconformidad de los ciudadanos: el tiempo de movilización que gastan de un lugar a otro, por esto considera que es necesario masificar el transporte público no sólo para aumentar la frecuencia de estos, sino también para eliminar los transportes informales que se crearon debido a la falta de rutas en los barrios periféricos.
También enfatiza en que el plan de desarrollo incluye cinco propósitos integrados en la idea de contrato social-ambiental, pero el proyecto no está teniendo en cuenta las brechas sociales que hay en la ciudad, y a corto plazo, estas desigualdades afectan el POT y a los habitantes del sur y el oriente de la ciudad.
“Ese enfoque territorial y un contrato social hay que hacerlo entre iguales y Bogotá es una ciudad bastante desigual”, afirmó Sánchez.
Para cerrar este primer bloque, Pinzón partió de entender las dimensiones sobre las cuales se construye el territorio, donde la segregación socioespacial produce una serie de conflictos vinculados con la integración de todos los sectores de la ciudadanía.
Por otra parte, manifiesta que hay que “intentar descentralizar o generar múltiples centralidades en Bogotá”, porque las zonas empresariales y culturales están concentrados en partes pequeñas de la ciudad, que en vez de expandirse hacia las zonas que lo necesitan (como el sur y el oriente), continúan creciendo hacia el occidente, y por eso se generan más problemas de movilidad en unas zonas que en otras.
“Por el suelo, la movilidad y la cercanía al trabajo, fueron expulsados 500 mil habitantes a los municipios de la sabana, y con el Regiotram vamos a llevar los problemas metropolitanos a otros municipios” afirmó Pinzón.
En el segundo bloque, Ballesteros les preguntó a los invitados sobre las estrategias que debería incluir el POT para tener una movilidad más eficiente y equitativa que supere la dependencia del Transmilenio.
Pinzón sugiere, que cada institución se proponga el reto de pensar “qué ventajas tendrá la población más vulnerable con el proyecto”. También, que mediante los mecanismos legales hay que crear una ciudad más equitativa donde agentes externos no afecten las soluciones propuestas para mitigar los problemas de la ciudadanía.
Sánchez propone, que “la participación ciudadana sea tenida en cuenta por el POT”, para que este se enfoque en la protección de las estructuras ecológicas, el cumplimiento de un contrato social para el 2021 y la disminución de las brechas de desigualdad con la implementación del metro.
Afanador apoya la sugerencia de la concejala e “invita a la ciudadanía para que sea partícipe de las decisiones que se toman en su territorio”, y así construir colectivamente la ciudad que los habitantes quieren y lo modelos a implementar durante determinado tiempo.
Finalmente, todos concuerdan en que estos escenarios de debate son necesarios para desarrollar temas que inciden en la población desde diferentes perspectivas. Además, como la movilidad atraviesa todas las prácticas cotidianas, es clave implementar un sistema de transporte que contribuya al mejoramiento de la calidad de vida en los ciudadanos.