Por: Andrés Camargo
La crisis ambiental global es una problemática que está más vigente que nunca con el empeoramiento del calentamiento global, las emisiones de carbono y la explotación de recursos. Todos los días, los científicos y sectores ambientalistas luchan por disminuir el daño al medio ambiente; aun así, las preocupaciones no ceden.
Un estudio reciente, realizado por la Escuela Americana de Cardiología (ACC por sus siglas en inglés), y presentado durante el ACC Annual Scientific Session 2025, encontró que el alto contenido de microplásticos en la sangre está directamente relacionado con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares como la presión alta, diabetes e incluso accidentes cerebrovasculares.
Según Sai Rahul Pohanna, científico investigador de la escuela de medicina Case Western Reserve en Ohio y autor principal del estudio, esta investigación provee evidencia de que la exposición a los microplásticos tiene un impacto directo en la salud del ser humano.
“Cuando se incluyeron 154 factores socioeconómicos y ambientales para la realización de este análisis, no se esperaba que los microplásticos estuvieran en el top 10 para predecir la prevalencia de enfermedades crónicas”; afirmó Pohanna.
¿Qué son los microplásticos?
Los microplásticos son fragmentos muy pequeños de este material que pueden medir desde 1 nanómetro hasta 5 milímetros de largo. Para tener un patrón de referencia, un cabello humano tiene 60 mil nanómetros de espesor.
Los microplásticos se liberan cuando una pieza grande se rompe y se descompone. Pueden formarse a partir de diferentes fuentes como paquetes de comida y bebidas, productos de consumo y materiales de construcción.
Podemos estar expuestos a los microplásticos de muchas maneras; en el agua que bebemos, la comida que consumimos y hasta el aire que respiramos.
El estudio dirigido por Pohana se enfocó en examinar la relación entre la concentración de microplásticos en cuerpos de agua y la prevalencia de las condiciones de salud en las comunidades de la costa este y oeste de los Estados Unidos entre los años 2015 y 2019.
Para ello, utilizaron 555 bases de censos del Centro Nacional para la Información Ambiental (NCEI), y lo compararon con los censos del Centro Para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC) en el mismo periodo. Esta comparación reveló que el aumento del nivel de microplásticos está directamente relacionado con el incremento y prevalencia de enfermedades cardiovasculares.
El estudio especifica que los microplásticos no necesariamente son los causantes de las enfermedades en sí mismas. Se requieren mayores investigaciones para determinar si existe una correlación directa o si el aumento de casos de estas enfermedades se debe a otro factor en paralelo que no se está considerando.
¿Cómo afecta esto a Latinoamérica?
Un estudio realizado en 2024 encontró que los niveles de polución por microplásticos en la vida marítima en Latinoamérica aumentó exponencialmente en los últimos años.
Esta conclusión se obtuvo luego de analizar 40 artículos publicados a lo largo de 9 países en Latinoamérica, siendo estos: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, México y Perú. Los artículos revisados se enfocan en la presencia de microplásticos en pescados, moluscos y cangrejos.
De las 208 especies marítimas analizadas, se encontraron partículas de microplásticos en el 21,9 por ciento de los peces, el 18,4 de las aves marinas, el 11,7 de los artrópodos y el 7,8 de los moluscos.
Los países que se incluyeron en este estudio cuentan con zonas costeras extensas, y una tendencia cultural a la prevalencia y consumo de comida de mar de manera constante.

Gráfica: Porcentaje de cada especie analizada según el estudio de Sustainability – Andrés Camargo
Solo en Colombia, según la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (AUNAP) durante el 2022 se registró un aumento en el consumo per cápita de pescado de 3.7 kilos por persona al año durante las últimas 3 décadas, a aproximadamente 6.7 kilos en la actualidad. Es probable que esta cifra haya aumentado en los últimos años, especialmente en épocas done el consumo de comida de mar se amplifica, como lo es la Semana Santa.

Ilustración: Presencia de microplásticos en la vida marítima de Latinoamérica – Sustainability
Pero no solo eso, según el DANE, durante el año 2023 se registraron 80.000 muertes por enfermedades cardiovasculares. Según el Ministerio de Salud de Colombia durante los últimos años los accidentes cerebrovasculares (ACV) han sido la segunda causa de mortalidad en el país, con una tasa de 32.45 fallecimientos por cada 100.000 habitantes durante el 2023. Y según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en Colombia en promedio el 20%-40% de fallecimientos se deben a enfermedades cardiovasculares.
Gráfica: Porcentajes y fallecimientos por ECV en Latinoamérica durante el 2019 según la Organización Panamericana de la Salud – Andrés Camargo
Si tomamos en cuenta los datos y los comparamos con la relación que existe entre la concentración de microplásticos en el organismo y el desarrollo y prevalencia de las enfermedades cardiovasculares, surge la pregunta: ¿Cuándo empezaremos a notar las afectaciones de salud que esto nos puede traer? Esto no tiene la intención de desmotivar el consumo de comida de mar, pues es alta en proteínas, ácidos grasos como el omega- y minerales. Todo esto ayuda al fortalecimiento del sistema inmunológico.
Por el contrario, el llamado es a cuidar el medio ambiente y los ecosistemas marítimos, evitando arrojar basuras y desechos que contribuyan al aumento del contenido microplástico, y colaborar en labores de limpieza de nuestras playas, ríos y océanos, con el fin de poder seguir disfrutando la gastronomía marina.
Para más información de Rizoma:
https://www.uniminutoradio.com.co/rizoma/
