
Por Cristian Cárdenas
Los constantes incumplimientos de los acuerdos por parte del gobierno nacional en materia de vías, agua potable y salud fueron los motivos por los que los habitantes del pacífico colombiano se movilizaron y resistieron en el paro cívico del chocó, acontecimiento que tuvo fecha para el 10 de mayo del año 2017. Una jornada donde el pueblo afro defendió el derecho a una vida digna y con garantías. También fue la oportunidad para que la cultura de la región se hiciera presente y durante los 8 días de movilización se manifestaran las músicas del Pacífico, las negritudes resilientes y los bailes artísticos. Una coyuntura que le permitió a Jeisson Riascos, desde su talento fotográfico, contarle al mundo que ¡El Pacífico no se rinde carajo!
Jeisson es oriundo de Quibdó, chocó, proveniente del Carmen de Atrato. Apasionado por la fotografía documental y el fotoperiodismo, a través sus fotos visibiliza los retratos, cuenta las historias y las características propias del Chocó que a través de medios digitales se difunden mostrando las movilizaciones en el territorio, los rostros chocoanos, los paisajes del Atrato, las cotidianidades e incluso las memorias de un Chocó olvidado por los gobiernos, pero rememorado y defendido por su gente.
En el paro cívico, por ejemplo, tuvo la oportunidad de captar y retratar los colores de la movilización. Fotografió diversos instantes importantes en el trayecto de la movilización, corrió y se afanó por capturar los momentos de algarabía y bullicio del pueblo afro. Fotos que, sin llegar a pensarlo, serían las próximas portadas para diversos diarios y periódicos del país. El tiempo, El Espectador, El Colombiano, entre otros, recurrieron a las galerías de Jeisson para nutrir sus artículos con una foto representativa de las jornadas de paro.
Jeisson afirma que el paro afectó drásticamente a los sectores de comercio, pero es enfático en resaltar que, a pesar de todo, el paro fue más que necesario para posicionar en la agenda pública nacional las precarias condiciones en las que viven los chocoanos y para poner en manifiesto la deuda histórica y el poco interés que tienen los gobiernos con las negritudes del Chocó, quienes son sistemáticamente marginados y segregados de la sociedad.
Murcy, le dicen de cariño. Un apodo que, según sus amigos, refiere a un murciélago, pues, Jeisson acostumbraba a salir únicamente en las noches cuando de reuniones o fiestas se trataba.
Talento chocoano es una de sus iniciativas, desde ahí también le apuesta a visibilizar la cultura y el lado positivo del talento local desde la música, la fotografía, los videos y hasta los reportajes gráficos. Es un espacio donde los protagonistas son las niñas, los niños, los adultos y los jóvenes chocoanos, pues es ahí donde muestran lo mejor de su cultura, de sus músicas y de sus talentos para que, a través de los medios digitales, evidencien la cara amable y armoniosa que tiene, ha tenido y tendrá por siempre el chocó.
“Para mí la fotografía es memoria”, señala Murcy, quien tiene la firme convicción de que a través de la imagen es posible poner de manifiesto esas luchas por la dignidad en la Costa Pacífica, las identidades de la región, las costumbres y esas creencias de los ancestros que son un legado cultural para las futuras generaciones y que se han ido perdiendo con la avanzada del neoliberalismo que cercena lo propio y lo local para homogenizar desde el consumo.