El COVID-19 ha sido catalogada por la Organización Mundial de la Salud como una emergencia en salud pública de importancia internacional. Y, según el Ministerio de Salud y Protección Social, el 6 de marzo se confirmó el primer caso en Colombia.
Así mismo, el ministerio indica en su página web que “se conoce que cualquier persona puede infectarse, independientemente de su edad, pero hasta el momento se han registrado relativamente pocos casos de COVID-19 en niños. La enfermedad es mortal en raras ocasiones, y hasta ahora las víctimas mortales han sido personas de edad avanzada que ya padecían una enfermedad crónica como diabetes, asma o hipertensión”.
De este modo, el último reporte del Ministerio de Salud presenta 11.064 recuperados, 5.147 casos nuevos y 153 fallecidos. Dichos resultados parten de 31.258 muestras, siendo 24.867 de pruebas moleculares (RT-PCR) y 6.391 de pruebas de detección de antígenos. Dando como conclusión, 722.536 recuperados, 818.203 casos de COVID-19, 25.641 fallecidos, 3.668.126 muestras procesadas y 68.308 casos activos.

En cuanto a los menores de 0 a 19 años, el Instituto Nacional de Salud indicó 81.749 casos confirmados, con 74.964 niños recuperados y 73 niños fallecidos. Así mismo, informó que, al día de hoy, se encuentran 62 niños hospitalizados en UCI.





En Bogotá, por su parte, se han presentado 30.127 casos de COVID en los niños de 0 a 19 años, según el Observatorio de Salud de Bogotá.

Tras lo anterior, se evidencia que, aunque los casos de niños son relativamente bajos en comparación con los de edades más avanzadas, es necesario cuidarlos y enseñarles a cuidarse. Ya que, aunque tienen un menor riesgo de infección y de gravedad de síntomas, sí pueden generar brotes entre sus grupos familiares, según informó Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, en una rueda de prensa, en mayo.
“No me atrevo a decir que transmiten menos, pero la transmisión entre ellos puede generar niños infectados asintomáticos o leves que, por su forma de interactuar, pueden llegar a generar brotes en sus grupos familiares. Hay que ser muy precavidos y mantener algunas medidas de control del riesgo que nos permitan reducir al mínimo la capacidad de transmisión“, expuso el director. Así, Fernando Simón, recalcó que la frecuencia con la que los niños se tocan la cara y su forma de interactuar con otros niños y adultos aumenta el riesgo de que puedan contagiar la infección.