Una jornada mundial de caridad, llamada Óbolo de San Pedro, fue presentada hoy por Monseñor Luis Mariano Montemayor, Nuncio Apostólico en Colombia, quien invitó a la comunidad católica a ser partícipe de la jornada que se llevará a cabo el próximo domingo 30 de junio.
El Nuncio Apostólico en rueda de prensa adelantada en la sede de la Conferencia Episcopal de Colombia, narró la historia de dicha colecta: surgió desde la primitiva comunidad cristiana que se fue consolidando con los anglosajones tras su conversión a finales del siglo Vll. Hasta 1534 fue una contribución aportada por Inglaterra para la Santa Sede, pero bajo el pontificado del papa pío lX, (1871), se amplió su sentido y quedó estipulado como una contribución voluntaria de los fieles católicos del mundo al papa.
Agregó el Nuncio que las donaciones son destinados a obras de caridad para los más necesitados, lo que va de la mano con acciones humanitarias y promoción social, en el mundo entero.
De esta manera se resaltó que la campaña es promovida en Colombia por la Nunciatura Apostólica con el apoyo de la Conferencia Episcopal, expresando que la intención del papa es solicitar ayuda a los cristianos que la necesitan, y debemos suplirla, como hermanos. Así se invitó a “las personas de buena voluntad a sumarse a la propuesta que tiene como canales de recaudo, parroquias y una cuenta de ahorros”.
Además expresó el Nuncio Apostólico que “los jóvenes no tienen un peso en el bolsillo, así que no se puede esperar tanto sobre la parte económica, pero la participación de los jóvenes en las actividades de voluntariado es inmensa”.
También aludió sobre el tema controversial de los asesinatos extrajudiciales, conocidos de manera coloquial, como falsos positivos. “Esto es un episodio trágico y una de las manchas más grandes de las Fuerzas Armadas colombianas; esperamos que esta situación sea del pasado y no se repita. No hay derecho de poner a las FF.MM. en una situación donde su propia reputación quedará mancillada. Creo que la sociedad colombiana tiene derecho a pedir que no haya nunca más falsos positivos”, concluyó Montemayor.
Sobre los procesos de paz, monseñor recalcó que “su desarrollo es muy difícil, muy complejo y muy lento. El acuerdo es un instrumento. El gran mérito es que las FARC reconocieron que la revolución por vía armada debía de acabarse. Se llegó a un acuerdo cuando nadie pensaba que era posible. Fue casi un milagro, esto necesita un gran esfuerzo social para llegar a una pacificación completa y sobre todo, a la reconciliación que es nuestro objetivo, porque la paz quedará solidificada el día que los colombianos acepten su diferencia y construyan un futuro juntos”.
Para culminar puntualizó sobre la necesidad de tener una sociedad más unida y que se preocupe por el bienestar del prójimo.