Una de las costumbres que suele acompañar a gran parte de los hogares colombianos durante sus celebraciones de fin de año, es la de quemar pólvora. Si bien esta práctica ha sido totalmente restringida para los ciudadanos del común, cada diciembre se repite la misma estadística de personas quemadas y/o heridas por su manipulación.
A pesar de las pesquisas impulsadas por las autoridades en sectores que, tradicionalmente expenden pólvora de manera clandestina, como el sector de San Victorino en Bogotá, no disminuyó el consumo de estos pirotécnicos con un saldo final de 466 lesionados en el país.
El Instituto Nacional de Salud (INS) entregó la cifra de quemados con corte a las 3:00 p. m. del pasado sábado.Del total de casos presentados, 171 corresponde a menores de 18 años y al menos 15 se encontraban bajo el efecto de bebidas alcohólicas en el momento de los hechos.
El departamento de Antioquia fue el que más incidentes reportó con 60 casos, seguido de Bogotá con 59 casos, Nariño con 31, Cauca con 28, Córdoba con 24, mientras que Cundinamarca y Santander informaron de 20 cada uno.
Si bien hasta el momento no se han registrado víctimas mortales en el país, las cifras son bastante similares respecto a las del año anterior, puesto que para el mismo lapso de tiempo la cifra se encontraba en torno a los 617 quemados, 210 menores y dos personas fallecidas.
El informe también detalló que un 70% de las heridas fueron provocadas por manipulación y un 7% a casos generó amputación de órganos. Los ‘totes’ fueron el artefacto que causó más heridas con un 30% ; mientras que un 18% fueron relacionadas con voladores.