La más reciente encuesta de Gallup, registró la desaprobación de la ciudadanía frente a la pregunta: ¿está usted de acuerdo o en desacuerdo con el consumo de licor en los parques y espacios públicos?.
El rechazo de la población asciende al 91%.
Tras la decisión tomada el 6 de junio del presente año, por la Corte Constitucional, cuando se tumbó la prohibición del consumo de alcohol y drogas en los parques, la corporación explica que existen otros métodos con los cuales las autoridades pueden garantizar la serenidad en el espacio público, pues no implican la prohibición al libre desarrollo de la personalidad.
A partir de entonces se han generado diferentes debates y contradicciones entre las autoridades y la misma población, pues se ocasiona la controversia entre los derechos de unos y los de otros. Asimismo surge la discusión sobre la doble moralidad que se evidencia en este tema.
UNIMINUTO Radio, le preguntó a dos integrantes de la ciudadanía, su percepción sobre este tema y comentaron lo siguiente:
Leonardo Fernández, coordinador de ventas expresó: “Es una droga que es legal, por lo tanto no debería ser prohibida en espacios públicos; somos una sociedad doble moralista, en las que algunas cosas son permitidas y otras no”.
De igual manera precisó que, “existen estigmas sociales: si es estrato cinco, pueden ir a espacios reservados, clubes y demás; en cambio los estratos 1 y 2 solo puede ir a espacios públicos”.
Felipe Aguilar, estudiante y trabajador comentó que, “estoy de acuerdo porque son espacios públicos donde se puede (hacer lo que quiera), relajarse y no hay problema; el inconveniente es que es mal visto en las zonas del sur de Bogotá por el “entorno social”, a diferencia de tomarse una cerveza en el parque de la 93, pero del resto uno es libre y desde que no le esté haciendo nada malo a nadie y no esté dañando el ambiente, es normal y debe llevarse con moderación”.
Ante las opiniones de los ciudadanos consultados, se puede analizar que este tema se evidencia de una manera o de otra, según la localidad. En un estudio realizado en la ciudad de Medellín, por las antropólogas Natalia Quiceno y Paula Sanín, se entiende que “este tipo de estigmas ayudan a las formas como definimos a los otros y nos acercamos o alejamos de ellos; en nuestros recorridos cotidianos, encontramos que, nociones generalizadas como el peligro, la amenaza (asignadas a ciertas personas o sectores) la afinidad o la indiferencia hacia algunos espacios, son prácticas que implican la incorporación de un conocimiento cotidiano, sentido común que, basado en unos estereotipos generalizados, contribuye a la configuración de un orden social en la ciudad”.
De tal manera que, con un análisis a profundidad, se generan ciertas preguntas, sobre las cuales cada lector debería reflexionar personalmente.
¿Este tipo de normas son bien vistas en sectores de la `élite colombiana’, y en sectores de estrato social bajo, no?
¿Qué hace pensar que las situaciones vividas en alguna localidad impulsa a creer que todas las personas allí, actúen de manera equívoca?
Se enfatiza la estigmatización social con normatividad diferente según la localidad?
Un reciente análisis de la Universidad de los Andes sobre el consumo de alcohol y drogas en lugares públicos, permite analizar mejor este asunto, pues cabe mencionar que para ciertas personas el alcohol es considerado equivalente a una droga.
Video tomado de Universidad de los Andes, Youtube