Por: Daniela Farías y Daniela Méndez.
A lo largo de los años, este evento ha tenido cambios tanto en su locación como en la distribución de sus escenarios, sin embargo, las presentaciones de grandes bandas y artistas de diversos géneros, ha sido uno de sus principales atractivos, y este año muchos de ellos siendo pioneros del evento como 1280 Almas, Lucybell y Catupecu Machu, que estuvieron presentes en los primeros festivales, han vuelto para acompañar e inspirar a jóvenes y nuevos artistas siendo un símbolo de la apropiación del arte a partir de la música.
Indudablemente los géneros musicales mencionados anteriormente son el génesis y el corazón del festival más grande de Latinoamérica: Rock al Parque. Las sonoridades que hacen vibrar, saltar, bailar y “poguear” a miles de almas año tras año en el parque Simón Bolívar en la ciudad de Bogotá, se caracterizan por su fuerza y rudeza en todo el sentido de la palabra. Los compases marcados, la distorsión, las voces rasgadas, los gritos, el poder y la energía que transmiten cada uno de los artistas que se presentan en la tarima son invaluables, por esta razón, este espacio cultural es de suma importancia a nivel nacional.
La tan esperada fiesta capitalina llegó este 2022 cargada de sorpresas después de hacer una pequeña pausa debido a la pandemia provocada por el Covid-19. Durante dos fines de semana recargados de puro Rock and Roll se presentaron un total de 87 agrupaciones tanto nacionales, como internacionales. Hay que resaltar que dentro del cartel de artistas del festival se destacaron una gran cantidad de mujeres en el ecosistema musical que lo dieron todo en escena con su talento y poder, tales como: Sin pudor, Las Ultrasónicas, The Warning, Asagraum, Crypta, entre otras.
Sin embargo, parte de las artífices representativas del género, consideran que a pesar de que se ha logrado un avance en ese sentido, aún falta mucho para erradicar los micromachismos que se generan a debido al contexto y raíces del género musical, que en su mayoría han estado liderados por figuras masculinas.
Sin Pudor, banda bogotana de Punk, reitera este tipo de mensajes de empoderamiento femenino en su música y a la vez que condena actitudes discriminatorias hacia las capacidades de la mujer, así lo afirma Paola Camelo, su guitarrista, quien señala la necesidad de erradicar estos estereotipos anticuados y machistas:
Cuando las mujeres tocan un instrumento, la mayoría de gente piensa, y sobre todo con estos géneros, que la mujer no sabe tocar. Esto es algo que hay que acabar de manera definitiva. Entender que no hay limitación alguna con respecto a la música. El mensaje que ofrecemos desde nuestro proyecto musical es que ni nuestro género, ni nada nos impide tocar un instrumento, ni nos quita ningún tipo de habilidad. Ya es hora de erradicar ese tipo de pensamientos demostrando en la tarima que si es posible, que nosotras tenemos poder .
La visión de Jessica Morales, vocalista y cofundadora de la emblemática agrupación nacional, Sin Pudor, no se aleja de la de su compañera, dando continuidad a su discurso de empoderamiento femenino en el ámbito musical:
El mensaje que queremos transmitir es una invitación a tener esa apropiación frente a los espacios y oportunidades que se presenten, a romper esas jerarquías de género y asumirlo desde un punto de vista crítico y social que represente algo más que un lugar en el escenario para las mujeres. Hay que entender que nosotras no estamos en tarima por lindas o para que nos minimicen de ninguna manera. Todo lo que hemos logrado como banda ha sido con puro esfuerzo, práctica y talento.
Así como ellas, muchas mujeres, que están sumergidas en este género, se identifican con este punto de vista, ya sea por sus experiencias personales, por ser juzgadas, discriminadas o desmeritadas en el ámbito musical. Es por esto que, es importante seguir ampliando este tipo de espacios culturales y musicales para que el arte se convierta finalmente en un vehículo de apropiación femenina en los géneros pesados como los que se presentan en un festival tan grande como Rock al parque. Como se dio a entender anteriormente, todavía existen brechas y prejuicios con respecto a la puesta en escena de la mujer, aún falta mucho camino por recorrer, muchas bocas por callar y muchos escenarios por tomar.
