Por: María Camila Rodríguez
El pasado jueves 23 de julio, fueron condenados a 20 años de cárcel, por un tribunal del Salvador, los tres policías que asesinaron a Camila Díaz Córdova, mujer transgénero y trabajadora sexual, luego de haberla golpeado de forma abrupta.
El casó se calificó como homicidio motivado por el odio a la identidad de género, de acuerdo con una ley que empezó a regir en 2015.
Los hechos se presentaron en enero de 2019, cuando los tres agentes de la fuerza pública arrestaron a Camila por supuestos altercados en la vía pública, luego la subieron a la patrulla y le propinaron una golpiza para finalmente dejarla abandonada en la carretera, días después, Camila falleció en el Hospital Nacional Rosales de la capital San Salvador por la gravedad de las lesiones, según lo confirmado por la autopsia.
Mientras se llevaba a cabo el proceso de la imputación de cargos, los policías responsables del transfeminicidio de Camila se declararon inocentes y su abogado, José Cabezas, alegó que no compartía la culpabilidad del juez y que no se había logrado comprobar la culpabilidad de los acusados.
La situación de Camila antes de ser asesinada era compleja, pues había sido deportada desde Estados Unidos en agosto de 2017, país del que huyó por amenazas contra su vida por parte de la pandilla salvadoreña Barrio 18, según información confirmada por un tribunal del país norteamericano, luego de que en noviembre del mismo año le fuera negado el asilo. Díaz Córdoba, tras su regreso al Salvador, se dedicó a ejercer la prostitución.
El hecho se considera histórico, pues en la historia del Salvador es la primera condena por el asesinato de una mujer transgénero (transfeminicidio), además, el país es considerado uno de los más violentos en materia de agresión a personas que hacen parte de la comunidad LGBTIQ+, pues desde 1993 hasta julio de 2020, se registraron más de 600 homicidios hacía esta población, 151 casos de desplazamiento forzado entre 2018 y septiembre de 2019, de acuerdo con cifras de organizaciones de derechos humanos.