Por: Daniel Rojas Chía
Una de las franquicias más explotadas en la historia del cine vuelve a iniciar una nueva propuesta luego de la exitosa saga Batman, el caballero de la noche, del director británico Christopher Nolan, en esta ocasión se adentra aún más en el trastornado perfil en la construcción del personaje.
Desde el inicio, la cinta pone al espectador en un thriller con una estética familiar al estilo de películas como Seven de 1995 dirigida por David Fincher o Zodiac del mismo director estrenada en el año 2007.
El responsable de esta nueva entrega del icónico personaje de DC es el estadounidense Matthew Reeves el cual recrea una estética visual oscura apegada, por momentos, al género del terror, logrando al mismo tiempo un ritmo ágil y atractivo que empuja constantemente la historia durante sus dos horas y cincuenta seis minutos.
Este Batman, interpretado por un sorprendente Robert Pattinson, cuenta el segundo año de un Bruce Wayne comprometido con su alter ego que lucha contra el crimen investigando la corrupción en Gotham.
El guión supo reinterpretar esta nueva aparición del personaje ya que es difícil esperar algo nuevo de un sujeto tan conocido, pero la introducción al personaje supo identificar de inmediato las aristas y abrir una puerta para que pueda desarrollar aún más su complejidad en esta nueva entrega, bajo una condición que parece más cercana a la realidad y a una sociedad conocida y maltrecha, recurso que también lograron construir en la cinta Joker del 2019 dirigida por Todd Phillips.
Este Batman logra salir de las soluciones llenas de artefactos y golpes a granel, encontrando un buen equilibrio con la historia sin perder grandes secuencias de acción e imágenes tan bien logradas como con las actuaciones de quien conforma la película. Esto permite señalar que Pattinson no es el único destacable en el desarrollo de la historia, como también se convierte en una grata sorpresa la interpretación de Zoë Kravitz con Catwoman, teniendo a cuestas buenas interpretaciones como la de Anne Hathaway, con la saga de Nolan, o la icónica interpretación de Michael Feifer en la versión más gótica de Batman, dirigida por Tim Burton.
Personajes tan icónicos e importantes en este universo como el mayordomo de Bruce Wayne llamado Alfred, interpretado por Andy Serkis, o el oficial Gordon convincentemente desarrollado por Jeffrey Wright, da muestra de un nivel alto en todos sus actores y en transformaciones tan impactante como la de Colin Farrell interpretando al Pingüino.
Como era de esperarse, los detalles en esta entrega también fueron bien reconocidos como, por ejemplo, la casa de Wayne que tiene una condición netamente gótica, dándole una ambientación bien pensada para el desarrollo de este Batman y que acompaña de mejor manera todo ese mundo lleno de lluvia el cual se muestra constantemente melancólico.
Unao de los muchos aciertos de la cinta es su ritmo desde un principio y la expectativa bien creada desde un villano bien construido como el Acertijo, que desde su desesperación, recreó temas sensibles haciendo una crítica abierta a la información desmedida de las redes sociales, todos los trastornos mentales a los que se está expuesto por la cotidianidad y la soledad moderna y el peligroso acceso a las armas de fuego, siendo esta una problemática latente en los Estados Unidos.
Las cámaras fijas que muestran variados puntos de vista en las secuencias de acción, acompañadas de una muy buena edición y un muy construido diseño de sonido hacen que The Batman se sitúa sin duda en una narración diferente de las otras y asoma a los personajes a lugares más oscuros que son interesantes, y aunque parecen encontrar lugares comunes con las otras versiones, la calidad del guión permite que extiendan las diferentes versiones de cada uno dentro de sus respectivos personajes, claramente encaminados en por lo menos dos entregas más.
Personalmente disfruté de grandes secuencias que siempre juegan con la oscuridad y los destellos de luz, logrando siempre ser fiel al concepto de la película como el de las rafagas de las armas que eran la única guía en la oscuridad más profunda. El director Matthew Reeves supo encontrar el tono correcto para no ser repetitivo y refrescar una vez a este personaje que ya parecía completo con la saga de Nolan.
Una cinta que, a los ojos de los seguidores de este icónico personaje, es imperdible y para quienes disfrutan de entretenimiento de alta calidad, una alternativa muy recomendada que, al parecer, acompañará las pantallas grandes del mundo por unos años.