Por: Juan Manuel Rodríguez
Ubicada en Bogotá, la Fundación Colombia con Memoria trabaja en busca de asistencia jurídica para víctimas del narcotráfico.
Todo empezó el día 27 de noviembre de 1989 cuando el vuelo 203 de la aerolínea Avianca con destino al Aeropuerto Internacional Alfonso Bonilla Aragón de Palmira, Valle del cauca, explotó en pleno vuelo en el cielo de Soacha, Cundinamarca. Las autoridades concluyeron que el siniestro había sido provocado por un atentado con bomba perpetrado por el Cartel de Medellín. Como resultado murieron 110 personas, 6 miembros de la tripulación, 101 pasajeros y 3 personas que estaban en tierra.
20 años después del atentado, Gonzalo Enrique Rojas Peña, politólogo de la Universidad del Rosario, con estudios en derechos humanos y en derecho Internacional, e hijo de Gonzalo Hernán Rojas, víctima del atentado de Avianca, fundó, junto con un grupo de personas víctimas del mismo atentado, la Fundación Colombia con Memoria.
Según Gonzalo, la fundación inició funciones el 11 de noviembre del 2009, a falta de unos días para el 20vo aniversario del atentado. En principio querían destrabar el proceso legal, y que la gente generara conciencia sobre el impacto del terrorismo.
Al inicio empezaron a hacer conmemoraciones del atentado, y después fueron reconocidos como víctimas del conflicto armado; luego enfocaron su trabajo hacia la atención y orientación de víctimas para ser reconocidas en el marco de la ley 1448, y actualmente la fundación avanza en el informe de la Comisión de la Verdad.
La fundación ha realizado dos proyectos de gran impacto dirigidos a brindarles atención a víctimas. El primero es el llamado Jóvenes Promotores de Reconciliación; es una convocatoria de jóvenes de 14 a 20 años que hayan sido víctimas del terrorismo, con el fin de llevarlos a un viaje a la ciudad de New York a un encuentro organizado por la fundación Strength to Strength que reúne a jóvenes víctimas de todo el mundo, para un intercambio de experiencias y para la creación de redes de apoyo entre los participantes, además de conocer a diferentes personas que les ayudarán a tener perspectivas diferentes sobre la atención a víctimas.
El segundo proyecto se denomina Los sabores de la reconciliación, que promueve el diálogo y la reconciliación entre excombatientes y víctimas: “este proyecto lo hicimos con la ayuda de la Cámara de Comercio de Bogotá; pueden buscarlo por internet para descargar el libro o los capítulos por Youtube. Es un tema de pedagogía sobre el post conflicto, y también representa el tiempo que se destina a un ejercicio de reconciliación; invitamos a víctimas y a excombatientes a que cocinemos juntos y a hablar sobre los puntos del acuerdo de paz; del mismo modo invitamos a expertos y a un general: al final el ejercicio salió bien”, señala Gonzalo.
A falta de unos pocos meses para el 30vo aniversario del atentado al avión de Avianca, Gonzalo y su equipo de trabajo preparan la conmemoración con un informe para la comisión de la verdad: “ya nos lo aceptaron y hemos estado trabajando en eso; el 27 de noviembre lo presentaremos”, asegura Gonzalo.
La fundación cuenta con la ayuda de diferentes organizaciones alrededor del mundo, pero las dos más destacadas son Strength to Strength, una organización sin ánimo de lucro de la ciudad de New York, que busca ayudar a las víctimas del terrorismo alrededor del mundo mediante asesoramiento psicológico con reuniones periódicas y con espacios para el intercambio de experiencias. La segunda es l’Association française des victimes du terrorisme, que cuenta con la particularidad de que su fundador, al igual que Gonzalo Rojas, perdió a su padre en un atentado terrorista de avión.
Gonzalo envía un mensaje de apoyo a todas las personas que hayan sido víctimas del conflicto armado, llamándolos a no desfallecer y a ser reconocidos como parte de la historia de Colombia: “Invitar a las víctimas a que no desfallezcan en su objetivo de ser reconocidos, a que sus hechos sean también reconocidos como parte de la memoria de este país, a que sigan trabajando por salir adelante, por reconstruir y retomar sus vidas. Yo sé que es muy difícil, pero sé que de este camino uno sale muy fortalecido” es el llamado de Gonzalo.