El 9 de diciembre pasado fue la fecha en que finalizaron las últimas rutas de busetas provisionales del Sistema Integrado de Transporte Provisional (SITP) en el barrio Verbenal, localidad de Usaquén en Bogotá. Antes de esto ya varias rutas provisionales habían finalizado su ruta por los Codito y Lijacá de la misma localidad; rutas de las cuales sus conductores sostenían a sus respectivas familias y no solo los conductores de estos buses también aquellos que les hacían mantenimiento y las personas que dependían de esos trabajos, los conocidos como “patos” o acompañantes de viajes, “peritos” aquellos que tomaban el tiempo en las calles de estas rutas y todo el personal encargado en cada base de los buses.
El último servicio que prestó sus servicios fue el del “CENTRO “el cual en un principio contaba con 280 busetas, es decir, 280 conductores y familias, así como lo dice Julio Guerrero ex-conductor, “mis compañeros algunos pasaron agradecidamente al servicio azul (SITP) ajustándose al sueldo que tienen en ese lugar, pero muchos otros aún se encuentran en búsqueda de trabajo, yo actualmente no sé qué hare, porque estaba acostumbrado a la metodología de mi auto sustento… en verdad es difícil y la situación es compleja porque sé que puedo pasar al servicio de los azules, pero este no me dará el mismo sustento como lo hace el que maneje este bus”.
Según los habitantes del sector, al quedar implementado únicamente el servicio del SITP ha desmejorado el servicio de transporte en estos barrios, lo anterior es porque aún no se cuenta con la reposición total de las rutas que se tenían si no solo con algunas de ellas, las cuales se demoran entre media a una hora aproximadamente en pasar. Además que debido a esas demoras, la mayoría de rutas no recogen a las personas en las paradas, sino que siguen de largo haciendo que el tiempo de espera del siguiente articulado sea entre una hora o más, siendo así el tiempo de hora y media o dos horas en espera del siguiente articulado.
Esta redistribución de rutas se empezó a llevar a cabo desde el 2018, desde entonces muchas familias, no solo las de estos tres barrios se han quedado sin un trabajo, debido a que, dentro del plan de estrategia en mejorar el servicio de transporte, no se llegó a ofrecer nada más que la compra de los vehículos utilizados para el transporte a precio según el modelo y el estado del mismo; pero no se les ofertó ningún contrato con alguna empresa para poder seguir laborando y no quedar como desempleados. Para varios de estos trabajadores ha sido difícil la situación, por ello muchos de ellos han buscado diferentes alternativas de modalidad ilegal, que no solo los ha beneficiado a ellos si no a los habitantes de estos tres barrios, pero no están dispuestos a quedarse de brazos cruzados esperando respuesta positiva por parte de las pruebas de los consorcios del SITP o de alguien que les pueda dar trabajo.
Este nuevo servicio se conoce como “el servicio de transporte pirata o ilegal” el cual ha ocasionado que la comunidad los busque como medio de transporte, servicio es implementado por carros particulares o carros tipo van de ex-conductores de buses, para lograr la movilidad a diferentes zonas desde los barrios del sector, pero persiste el miedo entre ellos por las autoridades, ya que varias veces han debido pagar a las autoridades para seguir operando sin ningún problema, aún así lo hacen con el fin de generar un servicio para la comunidad efectivo y para ellos generar ingresos y oportunidades laborales.